El presidente venezolano, Nicolás Maduro, descartó ayer la posibilidad de que observadores internacionales supervisen las elecciones legislativas de diciembre y señaló que Venezuela “no es monitoreada ni será monitoreada por nadie”.

“No lo aceptaremos jamás, por nadie”, manifestó Maduro, consultado sobre la posibilidad de que los comicios cuenten con vigilancia por parte de alguna institución de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

El presidente venezolano se expresó así un día después de que el dirigente opositor Henrique Capriles pidiera al secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, que designe observadores para las elecciones de diciembre.

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“Venezuela no es monitoreada ni será monitoreada por nadie”, subrayó Maduro en declaraciones a los periodistas tras reunirse en la sede de la ONU, en Nueva York, con el secretario general, Ban Ki-moon.

El vicepresidente de Desarrollo del Socialismo Territorial y ministro de Comunas venezolano, el chavista Elías Jaua, acusó ayer a Almagro, de ser un “antivenezolano” y un “traidor” de la unión sudamericana.

“El señor Capriles fue recibido como el pago de factura de Almagro al gobierno de EE.UU., a los sectores más conservadores del Departamento de Estado por haberlo postulado y haber avalado su candidatura como secretario general de la OEA”, dijo Jaua al respecto.

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Maduro y su esposa, miembros del equipo de gobierno, el jefe de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, y las hijas y nietos de Chávez iniciaron durante la noche del lunes, antes del viaje a la ONU, las celebraciones con un acto en el Cuartel de la Montaña, al oeste de la ciudad, donde están los restos del gobernante que este día habría cumplido 61 años.

En Caracas y otras ciudades del interior, se lanzaron fuegos artificiales en recuerdo del extinto presidente, quien murió de cáncer en 2013.

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En el tema de las relaciones diplomáticas entre Venezuela y España, el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García Margallo, justificó ayer la convocatoria al embajador venezolano y subrayó que mientras internacionalmente se reconoce el respeto en España a los derechos humanos, se constata que a Venezuela le queda “un largo camino” en esta materia.

“Venezuela no tiene ninguna invitación permanente que nos conste a los relatores especiales sobre derechos humanos. España sí la tiene”, expresó García Margallo y lamentó que senadores de su país no pudiesen visitar a opositores presos, en una visita a Caracas. (I)