La Armada del Ecuador puso la música en el ágora del malecón Simón Bolívar, antes del décimo desfile náutico que se realizó por las fiestas julianas. Decenas de familias coparon las gradas del escenario y muchos movían los brazos siguiendo el ritmo de los músicos, que iniciaron su repertorio con un tema en inglés de corte romántico: I just called to say i love you (Solo llamaba para decirte que te quiero, de Stevie Wonder).

De ahí pasaron a lo tropical, con cumbia, merengue y pasacalles. El público bailó contagiado por el ambiente festivo que se respira en Guayaquil, que hoy conmemora 480 años de proceso fundacional.

La Armada puso la música y también mostró las embarcaciones con las que cumple su rol de defensa de la soberanía marítima y de lucha antidelincuencial. Tenía casi una hora de canciones cuando hizo un alto e invitó al público a que siga el desfile por el río Guayas. Fue así que decenas de familias se sumaron a otras ya apostadas a lo largo de la ría, con la mirada atenta al paso de las naves, entre ellas cinco alegóricas, alusivas a la leyenda de Posorja.

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La palabra Posorja resultó familiar para quienes observaron el desfile náutico, que empezó a las 13:05 y concluyó a las 14:35 con el descenso de diez paracaidistas del Comando de Infantería de Marina.

La leyenda hace mención al pasaje en que el personaje mitológico, femenino, al parecer, emergió del mar para avisar de la invasión de los conquistadores españoles. Ella era Posorja y por eso la actual parroquia de Guayaquil se llama así.

Inicialmente cuatro helicópteros emocionaron a los concurrentes. Luego pasaron los deportistas del remo, al mando de yolas, que recibieron aplausos porque algunos son participantes de la regata de Posorja.

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El Cuerpo de Bomberos de Guayaquil paseó con sus embarcaciones. Lanzó chorros de agua demostrando cómo operan contra el fuego. Luego del barco turístico Henry Morgan, desfilaron las cinco alegorías de la leyenda de Posorja.

El cielo estuvo nublado, pero a ratos las nubes se abrían para dar paso al caliente sol. La sofocación hizo mover a las familias, que empezaban a retirarse luego de ver las alegorías. Sin embargo, la Armada las retuvo con maniobras en aire y agua.

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Algunos helicópteros y lanchas rápidas interceptaron un bote con presunta droga. El otro ejercicio consistió en el descenso de diez paracaidistas, nueve con la bandera del Ecuador y uno con la de la Armada. La guayaquileña Rosa Velasteguí aplaudió con orgullo. “(El desfile) estuvo excelente, venimos todos los años, esta es nuestra fiesta”, comentó junto a su hija, Nathali Mancero. (I)