Un destello de vida y alegría siente Luis Hidalgo Guerrero, al asistir a las madres en el nacimiento de sus bebés, al escuchar el primer llanto y los latidos. Es una emoción inexplicable que lo llena de satisfacción.

Cada alumbramiento lo emociona, se vuelve importante, como el primero que atendió hace 40 años cuando ingresó como médico residente en la maternidad Enrique Sotomayor.

A sus 71 años, el ginecólogo y director de este centro estima que ha traído a más cinco mil niños durante su carrera formada en la primera maternidad de la ciudad, en donde se atienden entre 80 y 90 partos al día.

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En el centro han nacido 1,6 millones de niños en los 67 años de creación, lo cual representa dos tercios de la población guayaquileña, cuenta con orgullo este aficionado a Barcelona. Su pasión por el ídolo la adquirió en su niñez, al haber crecido en el barrio del Astillero.

La mayor parte de la vida de este guayaquileño ha transcurrido entre el hospital y la Universidad Católica, donde es profesor hace cuatro décadas.

Su día empieza a las 04:00, hora en que despierta para hacer gimnasia y desayunar frutas con yogur, cereal, café, jugo y un pan. Ya a las 06:00 está en el centro hospitalario hasta las 15:00. Luego va a la universidad o a su consultorio.

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En la noche retorna a su hogar, donde disfruta leer libros sobre avances y actualizaciones médicas, así como textos sobre liderazgo y relaciones humanas. También gusta de la poesía de Medardo Ángel Silva y Honorato Vásquez.

Está casado con Mirtha Salazar y es padre de seis hijos, los dos últimos los vio nacer, al igual que cuatro de sus ocho nietos. Los otros cuatro nacieron en Estados Unidos.

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En su juventud, afirma, tuvo un espíritu aventurero. Una muestra de ello es el inolvidable viaje que hizo solo a los 16 años por las islas Galápagos, a bordo de un barco naval que llevaba la provisión de comida a los habitantes.

“Fueron tres semanas. Nos bajábamos en cada isla, comíamos langosta, nos bañábamos con las mantarrayas, se veían a los tiburones en el agua cristalina. Yo viví ese paraíso”, dice.

Es amante de las pastas y mariscos, colecciona artesanías de otros países y los fines de semana se escapa a Playas para descansar en su casa. (I)