En el centro de Convenciones Quitumbe, al sur de Quito, el presidente de la República Rafael Correa reunió a decenas de autoridades locales con las que se analizaron el paro nacional convocado para el próximo 13 de agosto y otros temas de coyuntura.

La cita fue a puertas cerradas y solo al final del encuentro, que duró cuatro horas, el primer mandatario insistió en su tesis de que en el Ecuador la oposición a su gobierno prepara lo que denomina "un golpe blando".

"Ahí está el manual de ese golpe, ir calentando las calles, tener ocupado al Gobierno, desgastarnos con guerra sicológica, con guerra económica... los compañeros de Gobiernos locales deben estar conscientes de eso y dispuestos a movilizarnos para defender esta democracia".

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Aunque aceptó que existe "gente de buena intención que fue (a las calles) por inconformidad con el gobierno a protestar".

Por lo que dijo que el país está en diálogo excepto con los que se autoexcluyen y "obviamente los golpistas y gente que viene con mentiras, el diálogo está abierto a todos". Pero aclaró que dentro de ese diálogo, que es para analizar la equidad y la justicia, no se permitirá "imponer los programas de Gobierno".

Correa anunció que está tomando precauciones para el 13 de agosto, el día del paro nacional convocado por el Frente Unitario de los Trabajadores (FUT) y al que se han unido otros sectores como la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie), jubilados, estudiantes, entre otros. "Depende de cómo reaccione la oposición, la Conaie quiere hacer un levantamiento indígena, que se une al paro; los del luto que vuelvan a las calles... dependiendo de eso tomaremos medidas".

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Este paro, refirió, "es ilegal" e "ilegítimo".

Mientras tanto, Ricardo Patiño, quien desde este miércoles está a cargo de los diálogos aseguró que su trabajo será el de generar un proceso de fortalecimiento de "comunicación" con todos los actores de la sociedad, incluso con los están llamando al paro que según él "son muy pocos".

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Daniel Avecilla, presidente de la Asociación de Municipalidades del Ecuador (AME), compartió la preocupación del Gobierno por las próximas protestas y dijo que si en algún momento les “toca” salir a las marchas, saldrán a “rechazar la desestabilización”. (I)