Son felizmente casados y viven en el Centro Gerontológico en Guano. María García de 90 años de edad y Felipe Ocaña de 91 años, ella de Ambato y él de Quito, nos cuentan su vida y cómo el destino los unió en un centro gerontológico en Ambato. Al cerrarse este centro tuvieron que migrar a dos centros, primero en Patate y finalmente en Guano.

Ellos cuentan que tuvieron que esperar algo más de 80 años para que sus almas gemelas se encontraran en un centro asistencial.

Al principio dos desconocidos, caminaban lentamente mientras cruzaban miradas de curiosidad. Al poco tiempo con recelo y valentía en sus corazones lograron conocerse en los juegos que a diario practican los residentes. El tiempo, su cómplice más íntimo, vio cómo día tras día se iba construyendo su amor y lograban concretar una relación. Al paso de los días, ya como novios, tomaron una decisión importante en sus vidas: el matrimonio. Se casaron en la capilla de Huachi (Ambato). Cuentan que soñaban con ese día donde el amor y los sentimientos profundos fueron protagonistas de esta historia maravillosa. Fue un hecho transcendental en la historia del centro gerontológico.

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Al cerrarse esta unidad de atención, María fue llevada al centro gerontológico del MIES en Patate, mientras que a Felipe lo llevaron al Centro Gerontológico de Guano. Tanta fue la insistencia de ambos que se reunieron nuevamente en el mismo lugar. Allí es donde viven su amor.

Algunos meses después la nieta de María García apareció. Tiene 25 años y está casada y con dos hijos. Ella, luego de varios años de búsqueda y averiguaciones, logró ubicarla en Guano. La primera visita con su nieta estuvo llena de lágrimas, quien recriminó a su madre por abandonar a su abuela. (I)