Nicolás Ramírez Baidal, de 27 años, encontró la muerte en su primer día de trabajo. No habían pasado ni 40 minutos desde que comenzó sus labores cuando el disco de metal de la pulidora que utilizaba se desprendió y le cortó el cuello y parte del rostro.

Walter Ramírez indicó que el fatal accidente se registró la mañana del pasado miércoles, cuando su hermano pulía un contenedor en una empresa del kilómetro 14,5 de la vía a Daule, en el norte de Guayaquil.

Acongojada, Ermelinda Baidal contó que su hijo salió a las 07:30 de su casa contento porque había conseguido trabajo luego de estar mes y medio desempleado.

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Relató que luego de una hora, aproximadamente, un amigo llegó a su casa a comunicarle que Nico, como le decía de cariño a su hijo, había sufrido un accidente.

“Cuando llegué vi a mi hijo acostado sobre el contenedor donde había mucha sangre”, expresó Baidal.

Hasta el sitio llegó personal de la Unidad de Criminalística de la Policía para recoger indicios. Posteriormente el cuerpo fue llevado hasta la morgue de la institución.

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La madre de la víctima manifestó que desde que ocurrió el accidente ningún representante de la empresa se hizo presente. Este Diario se comunicó con la compañía, pero en el departamento de Relaciones Públicas indicaron que en las próximas horas darían una respuesta sobre lo ocurrido.

La Fiscalía inició una investigación para tratar de determinar responsabilidades.

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Baidal indicó que Nicolás dejó en la orfandad a una niña de seis años.

Electrocutado
Un joven, trabajador de una empresa de telecomunicaciones, sufrió quemaduras en el rostro, brazos y tórax luego de tocar, accidentalmente, un cable de alta tensión mientras instalaba una antena en la terraza de un edificio, ubicado en las calles José Mascote y Clemente Ballén, centro de Guayaquil.

El accidente ocurrió a las 10:05 de ayer. El policía Paco Cabrera dijo que se oyó una detonación y al llegar al edificio hallaron al joven herido.

Enseguida la víctima fue embarcada en una ambulancia y llevada a un hospital. (I)

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