Manabita posicionó sus bolones en el sur de Guayaquil
Empezó su negocio en compañía del padre de sus hijos a los 18 años. Solo ofrecía el bolón con huevo frito acompañado de una taza de café. Con el paso de los años, el Boloncentro de Karina Hidalgo Barcia, de 41 años, fue ganando clientela y hoy apunta a la apertura de su segundo establecimiento.

Recuerda que arrancó su emprendimiento en una casa que alquilaba en las calles Maracaibo y Esmeraldas. Allí, en la parte delantera atendía a sus clientes y en la posterior a sus pequeños hijos, que entonces tenían uno y dos años.

“Cuando empecé tenía que hacer los bolones, cobrar, lavar los platos, ver a los niños. Fue muy duro, no fue nada fácil los primeros años”, cuenta Hidalgo, quien proviene de Manabí.

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En una mesa con cuatro sillas atendía a sus comensales, que eran principalmente empleados públicos.

La iniciativa de hacer bolón comenzó de su expareja, que aprendió a preparar este bocado cuando laboró en un local ubicado en el sector de Sauces 8. Él hacía los bolones y ella ayudaba a majar el verde.

Su negocio inicialmente tenía un espacio de ocho metros cuadrados y atendía en dos turnos, uno desde las 05:00 hasta las 12:00 y en las tardes, de 17:00 a 23:00.

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Poco a poco su bolón se hizo popular y se vio en la necesidad de trasladarse a otro local más grande, en Rosendo Avilés y Los Ríos. Sus clientes empezaron a pedir otros platos y agregó el tigrillo solo y luego acompañado de bistec de carne. Su oferta se ha diversificado con bollos, patacones con huevo y queso, hasta corvina frita.

Los platos que más vende son el bolón grande, que se elabora con queso, chicharrón, y el mixto. Entre los más pedidos aparece además el tigrillo. Estos se ofrecerán en la Feria Gastronómica Raíces.

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Dice que el secreto de sus bolones son el amor y la paciencia con la que se elaboran cada día en su local, que ahora está ubicado en las calles de Rosendo Avilés y Esmeraldas.

Hidalgo se graduó de ingeniera comercial y también estudió en la Escuela de los Chefs, en donde ha perfecciona la sazón de los alimentos que ofrece. (I)

Ubicación: Rosendo Avilés 4780 y Esmeraldas.
Atención: De lunes a domingo, de 06:30 a 12:30.
Costo: $ 3 (bolón grande de queso o de chicarrón).

Una menestra preparada con receta familiar gusta en ciudadela Alborada
Hace veintinueve años, en su casa en la novena etapa de la ciudadela Alborada, Victoria González García preparó una olla de menestra de fréjol canario para venderla acompañada de carne o chuleta.

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Durante ocho años mantuvo su negocio de manera informal, hasta trasladarse a un local en la séptima etapa de la misma ciudadela.

“Fui una de las primeras que comenzaron a vender pechuga asada, era el boom del pollo hace 22 años, todo el mundo quería pollo”, comenta González, cuya sazón se la debe a las enseñanzas heredadas de su madre y su abuela.

Así, agregó a sus preparaciones el moro de lenteja y el seco de gallina para sus comensales.

El molinillo, revela, es el secreto de su hueca. Con este utensilio da consistencia a la menestra, una tradición que su abuela y su madre le transmitieron y que González mantiene en sus recetas.

El nombre del establecimiento, Niño Lucho, dice, es en honor a su papá, que llamaba cariñosamente de esta forma a su hermano Luis, quien reside en Canadá.

“Me siento muy feliz, porque cuando vino Santiago Granda, de la Escuela de los Chefs, a probar mis platos, me dijo que mi comida tenía que conocerla el Ecuador entero porque es muy rica”, explica González.

A sus 66 años no ha dejado de cumplir sus metas, afirma, y hace cuatro meses comenzó a formarse para convertirse en chef profesional y mejorar las técnicas de sus platillos.

“Me gusta la cocina, me fascina cocinar y cocino con mucho amor todo lo que sirvo a mis comensales, mi menestra es la misma de hace 29 años”, señala esta mujer emprendedora. (I)

Ubicación: Alborada séptima etapa, manzana 743, villa 4.
Atención: De lunes a sábado, desde las 17:30 hasta las 22:30.
Costo: $ 3,50 (menestra con carne) y $ 5 (con costilla).

Sango de choclo con camarón y seco de chivo para rescatar el sabor típico
Reposicionar los sabores típicos de la comida ecuatoriana en la zona de la avenida León Febres-Cordero fue uno de los proyectos que se impuso hace seis años Marcia Crespo Sánchez, de 48 años.

Café Porteño, en referencia al puerto principal, se ubicó en el centro comercial La Piazza Villa Club, ofreciendo a su clientela desayunos como bolones, tigrillos, patacones manabas con queso y mantequilla blanca.

“Al ver la aceptación de nuestros clientes (fuimos) incrementando platos fuertes de la comida típica”, dice.

Bandera guayaca, llapingachos, cebiches, caldo de salchicha y encebollado fueron las recetas que comenzaron a añadir.

Desde hace nueve meses, comenta Crespo, otra de las zonas a las que llegó con su sazón fue la ciudadela Urdenor, en cuyo local también realiza eventos familiares y empresariales.

El sango de choclo con camarones y el seco de chivo son su carta de presentación para esta edición del concurso de las huecas guayaquileñas.

“Es un gusto participar en la feria porque damos a conocer un plato olvidado como es el sango de choclo con camarones, muy nuestro pero olvidamos. Queremos que nuestros platos revivan en el paladar de los guayaquileños”, sostiene.

Para la feria Raíces, Crespo se propone vender entre 500 y 600 platos diarios, con un precio aproximado de $ 6.

Su hija, María José Ocaña, es la encargada del marketing del negocio, el que actualmente cuenta con 52 empleados distribuidos en ambos establecimientos comerciales.

En el local de La Piazza Villa Club, la atención es todos los días, desde las 08:30 hasta las 22:00. (I)

Ubicación: Ciudadela Urdenor, avenida segunda
Atención: Domingo a domingo, de 07:00 a 22:00. También realizan eventos empresariales.