Un altar construido con miles de espigas de maíz, cocos y calabazas que representan el respeto de los indios guaraníes por la madre tierra espera al papa Francisco en las afueras de Asunción, donde el domingo celebrará su segunda misa en Paraguay.

Koki Ruiz, el artista encargado de la preparación del retablo, contó a AP que para su construcción "utilicé 40.000 espigas de maíz colorado, 200.000 unidades de cocos y un adorno de 1.000 calabazas".

El artista explicó que "el significado de mi obra es un homenaje a los antiguos aborígenes guaraníes que respetaban a la madre tierra porque ella producía alimentos".

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El altar fue levantado frente a los hangares de helicópteros de la Fuerza Aérea en la zona de Ñu Guasú, en la periferia de la capital paraguaya. Los organizadores esperan la presencia de un millón y medio de fieles en el predio de ocho hectáreas donde se levanta también una enorme cruz frente a la que en 1988 el entonces papa Juan Pablo II celebró una misa bajo una lluvia torrencial.

Ruiz sostuvo que "la invitación que me hicieron los obispos para levantar este altar donde estará el papa Francisco es como un sueño".

El artista explicó que "el maíz, el coco y la calabaza son productos de subsistencia de los pueblos originarios y hoy de los campesinos. Su siembra requiere paciencia hasta el momento de la cosecha. Yo hice lo mismo con mi arte, sembré y ésta es mi cosecha".

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Francisco celebrará la primera de las dos misas en Paraguay el 11 de julio en el santuario de Caacupé, 54 kilómetros al este de Asunción.

En su agenda figuran, además, reuniones con el presidente Horacio Cartes, líderes sociales, religiosos, los habitantes de un barrio pobre de Asunción y jóvenes.