Las autoridades filipinas anunciaron hoy la conclusión de las operaciones de búsqueda y rescate de las personas que viajaban en el barco que naufragó el 2 de julio pasado en aguas de la región central de Filipinas, cuando llevan 62 muertos y 158 supervivientes.

La cifra oficial sitúa a 220 personas en el interior del MV Kim Nirvana-B, cantidad superior a los 173 pasajeros y 16 tripulantes que la embarcación declaró a las autoridades portuarias antes de zarpar de Ormoc, en la provincia de Leyte, según el medio local Rappler.

La Policía de Ormoc ha presentado cargos de conducta temeraria contra el capitán y la tripulación del barco.

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Según algunos supervivientes, la nave, que además transportaba cientos de sacos de cemento y arroz, viró con brusquedad antes de naufragar en una zona con fuerte oleaje a unos diez minutos de Ormoc.

El barco se dirigía a la localidad de Piar, en la isla de Camotes, situada a unos 40 kilómetros al suroeste de Ormoc.

Responsabilidades

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El capitán del MV Kim Nirvana-B, el filipino Warren Oliverio, de 34 años, negó ayer que hubiese cometido delito alguno y culpó del hundimiento a las grandes olas que encontraron tras zarpar, en declaraciones al diario local Inquirer.

"Tratamos de hacer todo lo posible para ayudar a los pasajeros. Yo traté de ayudar e incluso salvé a un chaval, pero había tantos", dijo Oliverio.

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Los accidentes marítimos en Filipinas se cobran cada año decenas de vidas, la mayoría en naufragios causados por el mal tiempo, el incumplimiento de las normas de seguridad, el defectuoso mantenimiento de los equipos o la sobrecarga.

El accidente más grave en la historia moderna de la navegación comercial sucedió en Filipinas en 1987, cuando el transbordador Doña Paz zozobró en aguas de Leyte tras colisionar con un petrolero y murieron 4.341 personas. (I)