Noruega y Cuba, los gobiernos garantes en las negociaciones para poner fin al conflicto armado en Colombia, llamaron ayer a reducir urgentemente la intensidad de los enfrentamientos en el país, tras un marcado aumento en los ataques de la guerrilla de las FARC que han afectado a la población civil.

El jefe del equipo negociador del gobierno de Colombia, Humberto de la Calle, advirtió recientemente que el diálogo de paz con las FARC está llegando a su fin y que los delegados podrían levantarse de la mesa por el aumento de los ataques rebeldes.

El jefe del equipo negociador de las FARC, Iván Márquez, insistió en que ellos quieren llegar a un acuerdo con el gobierno y criticó las declaraciones de De la Calle. “No queremos hoy darles espacio a las voces agoreras del fracaso de los diálogos, ni a la desmesura de las palabras de quienes teniendo en sus manos la sagrada responsabilidad de construir la paz flaquean frente a la adversidad (...) y amenazan con abandonar la búsqueda de la reconciliación”, dijo al leer un comunicado.

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Ayer, el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, prometió a los campesinos del país que tendrán la paz “con o sin las FARC”, en referencia a la crisis que atraviesan los diálogos de paz. Mientras, la ONG Médicos Sin Fronteras (MSF) alertó que los departamentos de Nariño, Cauca y Valle del Cauca, el suroeste de Colombia, atraviesan una “crisis humanitaria” como consecuencia del recrudecimiento del conflicto. (I)

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imagen desfavorable

Es el índice que tiene el presidente colombiano, según la firma Datexco.