“En ese entonces yo no era tan cercano a la Iglesia como ahora, es algo tan extraordinario, único, difícil describirlo con palabras por lo inmenso y único que es vivir el momento de estar cerca a un papa. Esta es una de las cosas más grandes que le pueden pasar a una persona en la vida”, declaró por vía telefónica Carlos Eriberto Solís, quien brindó seguridad en la visita del papa Juan Pablo II.

Él es un ambateño que tiene familiares en Santa Elena y que actualmente está radicado en Estados Unidos. Hace 30 años fue escolta presidencial de León Febres-Cordero, época en la que vino el papa y formó parte del círculo de seguridad.

Solís tenía 27 años cuando estuvo cerca del papa y mantiene vivos los recuerdos. “La gente encima, a tratar de saludar con el papa. Nuestra reacción inmediata fue cubrir al papa y en cuestión de segundos formamos un anillo de seguridad”.

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No estará en la visita del papa Francisco, pero dice que la experiencia es maravillosa. (I)