El gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) celebró ayer votaciones primarias para elegir, de entre 1.162 precandidatos, a quienes los representará en los comicios legislativos a los que acude en uno de los momentos de más baja popularidad.

Una encuesta del Datanálisis reveló que la aprobación a la gestión del mandatario, Nicolás Maduro, cayó en mayo a 25,8% y que el oficialismo lograría solo el 21,3% de las curules en las elecciones del 6 de diciembre, mientras que la oposición obtendría el 40,1%.

Una derrota del PSUV en las legislativas de diciembre no solo le permitiría a la oposición nombrar nuevos miembros de los otros poderes públicos, sino que probablemente la animaría a buscar un referéndum revocatorio al mandato de Maduro, permitido por la Constitución a partir del próximo año.

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Sin embargo, el Gobierno cuenta con una fabulosa maquinaria de propaganda, un sistema electoral por distritos que lo ha favorecido y, sobre todo, un núcleo duro de partidarios que culpan a la oposición por la crisis económica en el país.

El PSUV debe sumar al menos dos tercios -111 legisladores-para mantener la mayoría absoluta de la Asamblea Nacional.

“Por encima de las dificultades está un pueblo con sus valores y su conciencia de patria, que siempre será victorioso”, escribió Maduro en la red social Twitter antes de votar. (I)