¿Cómo definiría a la feligresía católica ecuatoriana?
Encuentro que nuestro pueblo tiene no solo una raíz histórica que se ha ido transmitiendo de generación en generación, sino incluso muchos rasgos culturales que provienen de su fe (...). Ahora, la vivencia personal de la fe es ciertamente algo que siempre deja mucho que desear (...). En el país sigue habiendo tantas conductas lamentables, tantas heridas sociales que resulta que estamos todavía como quien dice empezando (...). En resumen diría que en Ecuador existe una fe católica fuerte, enraizada, fecunda y en búsqueda constante de renovación y crecimiento.

¿A qué atribuye el que, según estudios, la Iglesia católica haya perdido espacio frente a las iglesias evangélicas?
Siempre hay que contar con este factor indómito que es la libertad de las personas (...). Ahora, indudablemente, como pastores nos sentimos como deficientes en el servicio que hemos prestado a los fieles, que muchas veces no se han sentido atendidos con la debida generosidad y han buscado otros grupos religiosos en los que dicen hay una acogida más personalizada (...). Y otro aspecto es que hemos dejado de tener en cuenta la necesidad de una profundización en la ilustración doctrinal de la fe y de una coherencia entre lo que predicamos y lo que proyectamos...

¿Por qué considera que personas criadas bajo el catolicismo han decidido irse a grupos evangélicos?
Lo que hemos visto con mayor preocupación es que se pasa de creer en Dios a no creer, es decir, el incremento de los agnósticos, de los que viven como si Dios no existiera y organizan la vida independientemente por su cuenta conforme a su saber y entender de cada momento. Eso es gravísimo, porque el día en que el hombre se constituya en soberano de sí mismo, es allí donde toda su malicia se proyecta con entera legitimidad y lo que se considera pecado se convierte en derecho y al final termina en la violencia del más fuerte.

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¿Esta debilidad en las convicciones se refleja en un porcentaje de la feligresía ecuatoriana que es más afín a la religiosidad popular que a las enseñanzas de Jesucristo y a los dogmas de la Iglesia?
Nuestro reto está en no dejar que esa piedad popular derive hacia formas de superstición o algo así, o se dañe de alguna forma por razones económicas, de pronto allí entra un interés de un señor que saca plata a la gente que va a rezar ante una determinada imagen. Entiendo que todas las devociones a la Virgen o a los santos, si son auténticas, nos conducen hacia Jesucristo. Lo importante es que todo desemboca en la eucaristía, porque allí reconocen su fuente...

Pero el problema está en tener una feligresía que desconoce los dogmas y que por tanto no los practica, por ejemplo, la visión frente a la anticoncepción.
Los dogmas son un poco la luz de la inteligencia y eso se proyecta en los actos que es la moral (...). Entiendo que el sentido de fe que tienen los cristianos en Ecuador es muy fuerte, quizá no pueden darle a usted una explicación teológica de la fe, pero la perciben, la distinguen. En la vida moral la clave está en que yo sé lo que es bueno pero hago lo que es malo, decía san Pablo; entonces, eso nos pasa a muchos. Todo el mundo en Ecuador sabe que Dios es el único dueño de la vida y que nosotros no podemos disponer de ella desde el momento de la concepción hasta la muerte; sin embargo, todos los días se mata a alguien por las calles, hay abortos (...), o alguno pues convierte el escapulario que recibió de su abuelita en un amuleto que le sirve para asaltar mejor a la gente...

En Ecuador, uno de cada cuatro católicos va a misa los domingos, ¿a qué le atribuye?
Veo allí una falta de jerarquía de valores (...). Ahí también entra nuestra culpa, quizá nuestras homilías son poco elocuentes, poco adentradas en el misterio de la fe y las realidades...

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¿Cómo ve el uso estatal de los mensajes que emite el papa respecto del tema de la acumulación de la riqueza y la desigualdad social?
Algo me han dicho que tienen un aspecto de manipulación, o sea, de que no es una cita completa y objetiva, sino que un poco agrupar las cosas como que suenen en favor de una determinada tesis política. Prometo que para poder emitir una opinión tendría que dedicarme a ver esos mensajes, pero a mí me parece que todo intento de utilizar la doctrina social de la Iglesia para robustecer un programa político tiene que ser llevado con mucha honestidad y sin manipulaciones. Cuando hay manipulación la gente se da cuenta y es contraproducente; en ese sentido, tampoco me siento en la urgencia de analizar si están manipulando o no, que diga cada uno lo que mejor le parezca y el sentido de fe del pueblo cristiano sabrá detectar lo que hay de auténtico. (I)

El papa Francisco nos dice que no podemos ser rutinarios. Necesitamos hacer lío, que significa no acostumbrarse a que las cosas estén por debajo de la voluntad de Dios”.