César Vinces, un vendedor de pescado en Manta, el pasado viernes ofrecía dos clases de carne de albacora: una que presentaba un color rojizo y que él la califica como fresca y otra de cierto color menos intenso, también fresca, pero que supuestamente adquiere esa tonalidad por el frío de las cámaras donde se la guarda y por las “quemadas”, que él dijo tiene el pescado desde su captura.

Las áreas de carne “quemada” las vende a $ 2,50 la libra y la roja a $ 3,50 la libra.

Ronald Zambrano, biólogo de Manta, expresó que esta baja coloración en la carne “quemada” se origina por parásitos.

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“Cuando el mar está caliente sí aparecen estas piezas (de peces) quemadas porque hay mucho sol”, dijo Vinces, comerciante del sector Playita Mía, en la parroquia Tarqui, de Manta.

En la actualidad, el agua superficial del mar fluctúa entre 24 y 25 grados centígrados de temperatura, dos más del promedio en esta época, según el Inocar, una de las anomalías que refieren la posible presencia del fenómeno de El Niño en el mar.

Alfonso Chancay, mayorista de albacoras, dorado y otras especies, sostuvo que cuando el mar tiene una temperatura elevada se presentan piezas quemadas en especies que comienzan a escasear.

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Zambrano considera absurdo que las altas temperaturas del mar generen este cambio en la carne de los peces y afirmó que entre los factores que originarían esta afectación a la carne de los peces sería algún tipo de parásito o alguna enfermedad dérmica.

“Cuando los peces están en zonas donde hay agua caliente tienen dos opciones, o bajan, por ejemplo, unos cuatro o cinco metros más al fondo del mar o simplemente se alejan a aguas que estén un poco más frías. Por eso es que en estas épocas donde hay niveles de temperaturas del mar un poco más altas del promedio es que hay escasez de ciertas especies”, relató este biólogo manabita.

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Recomendó no consumir ese tipo de carne debido a que esas señales, o quemaduras como la califican los pescadores, se originan de algún tipo de bacterias, protozoos o parásitos.

El biólogo hace una referencia al manual de enfermedades de peces que fue emitido en 2001 por la Universidad Autónoma Metropolitana de Xochimilco, de México, en cuyo estudio indica que estas enfermedades se dan por la presencia de bioagresores en el organismo de los peces.

Ese estudio hace referencia a unas manchas negras o neascusiais, las cuales se enquistan en la piel y vísceras, desarrollándose una metacercaria (forma infectante enquistada en la vegetación acuática que comen los animales) en los tejidos conectivo y muscular que generan pigmentaciones oscuras, dijo.

Fredy Ávila, pescador y comerciante en Esmeraldas, expresó que el cambio de coloración de la carne ocurre en las albacoras. Sus clientes, que luego las importan, antes de adquirirlas las seleccionan luego de realizarles unas pruebas que él desconoce en qué se basan. Si la carne resulta roja, la compran, si es con menos coloración no, la dejan, lo cual le representa una pérdida, dijo. (I)

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