MANTA-JARAMIJÓ

Ángel Macías dice que desde hace 8 días no compra ni comercializa juegos de aletas de tiburón y que luego de la última detección, hace 14 días, de unos 200 mil de estos apéndices, pocos se arriesgan a comprarlos y comercializarlos. Mucho menos luego del anuncio de que a partir de las próximas semanas habrá mayores controles para evitar un posible tráfico.

Macías expresa que “está de brazos cruzados”, que hasta hace un mes compraba de 15 a 25 juegos y ahora no; que varios compañeros no pueden venderlas porque la compra resulta mínima.

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En Ecuador, la obtención de estas aletas solo se permite de aquellos tiburones que resultan de una pesca incidental, es decir, que de manera accidental quedan atrapados en las redes de pesca centradas en la captura de otras especies.

“Somos muchas personas las que nos hemos dedicado a este trabajo por años (...) se lo ha hecho por la derecha, con la (vigilancia de la) Subsecretaría de Recursos Pesqueros (SRP), ahora (parece) que tenemos que hacerlo por debajo de la mesa”, refiere Macías mientras lo escuchaban compañeros de esta actividad.

Los controles de funcionarios de la SRP continúan en el sector Playita Mía, de la parroquia Tarqui, de Manta. Jorge Mero, uno de los evisceradores y que en ocasiones también compra juegos de aletas, señala que aún se paga $ 1 por cada tiburón que se transporta de una lancha anclada en el puerto hasta esta playa y si hay movilización a otro sector del país se debe pagar $ 20 más.

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Un funcionario de la SRP expresó que “hay días que hay (bastante descarga de tiburón) y otros no”.

Fernando Limones, quien asegura lleva más de 30 años comercializando aletas y otras especies marinas, dice que ahora por un juego se paga de $ 7 a $ 8 dólares y se vende con unos $ 0,50 y $ 1 más, que es la ganancia. Señala que el tiburón es capturado incidentalmente por las lanchas que acompañan a un buque madre que retorna a puerto tras más de tres semanas de pesca.

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Tras el arribo los tiburones son derivados en lanchas desde el puerto pesquero en el centro de Manta hacia Playita Mía y se lo desembarca y vende, incluida su carne que es comercializada en unos $ 0,80 la libra.

En la Base Naval de Jaramijó ya se efectúa el último de los seis talleres de capacitación que da el Ministerio del Ambiente a personal de las Fuerzas Armadas dentro del convenio Nota Reversal 099, para la conservación de la biodiversidad.

Karla Cárdenas, capacitadora del Ministerio del Ambiente, indica que hay problemas de ilegalidad en áreas protegidas como talas de manglar y respecto a las aletas de tiburón se requiere el aporte de las FF.AA. Agrega que el tráfico de especies es lucrativo y que están creando poderosas redes de mafias.

En las controles se usarán aviones no tripulados y drones para inspecciones e investigaciones, dice Jorge Erráez, jefe del área integrada de seguridad de la Base Naval de Jaramijó.

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Gonzalo Cortez, coordinador zonal 4 del MAE, dice que hoy se prevé que Lorena Tapia, ministra del Ambiente, presente en Manta una acusación particular contra las cinco personas detenidas tras el operativo donde se hallaron unas 200 mil aletas de tiburón. (I)

4.500 tiburones martillo
Especie en riesgo, entre los escualos que les cercenaron las aletas, las cuales fueron halladas, en total 200 mil, se reportó en un operativo.