La misa campal que oficiará el papa Francisco en los predios aledaños al santuario de la Divina Misericordia, en el kilómetro 26 vía a la costa, tendrá una concurrencia solo de once mil fieles, porque ese es el aforo. Y a 40 kilómetros, en un área contigua al parque Samanes, un grupo mayor, de un millón y medio seguirá la celebración en pantallas gigantes.

Esa es la decisión del Gobierno anunciada este miércoles por la secretaria de Gestión de Riesgos, María del Pilar Cornejo, durante la visita de una comitiva del Vaticano, encargada de coordinar los aspectos litúrgicos y comunicacionales de la misa en el santuario, donde inicialmente se proyectó la asistencia de un millón 200 mil feligreses.

“Las personas que asistan a esta misa serán invitadas. Será la Arquidiócesis de Guayaquil o la Conferencia Episcopal Ecuatoriana la que decida quiénes son los invitados”, dijo el canciller Ricardo Patiño.

Publicidad

Agregó que según un acuerdo previo con Alberto Gasbarri, responsable de los viajes papales, el pontífice ha aceptado ir a recorrer las inmediaciones del parque Samanes después de la misa prevista para las 11:15 del próximo lunes 6 de julio.

“Después de haber consultado a él (papa), el doctor Gasbarri el día lunes me dijo que el santo padre había aceptado que después de hacer la celebración acá (santuario) él pasaría saludando a los fieles en los Samanes”, expresó Patiño.

Aquello causó sorpresa en el arzobispo de Guayaquil, monseñor Antonio Arregui, quien dijo estar a la espera de una confirmación del Vaticano para emitir declaraciones del tema.

Publicidad

Esto, luego de salir de una reunión en la casa parroquial con los delegados de la comisión de liturgia, entre los que figuró monseñor Guido Marini, maestro de ceremonias.

Pero antes, miembros de la Arquidiócesis local, la comitiva de la Santa Sede, compuesta de cuatro integrantes, Patiño, Cornejo, el gobernador del Guayas, Julio César Quiñónez; la ministra de Vivienda, María Duarte, y otros funcionarios recorrieron el santuario de la Divina Misericordia, en cuyo entorno se destinaron 44 hectáreas para los asistentes a la misa.

Publicidad

En el trayecto, la mayoría lució sombreros de paja para cubrirse del intenso sol durante la mañana. Y antes de dirigirse al santuario, Patiño mantuvo una reunión con el alcalde Jaime Nebot, para dialogar sobre la visita del pontífice, publicó este último en su cuenta de Twitter. “Me ratifiqué en cooperar, si me lo solicitan con el tiempo suficiente, en la atención de algún tema que yo pueda resolver”, refirió.

Otro hecho que causó extrañeza en la Curia local fue que antes de ir al santuario, como estaba previsto, la comisión de comunicación fue llevada hasta el parque Samanes. (I)