Budistas radicales birmanos, incluidos monjes, se manifiestan hoy en Rangún para rechazar la presión internacional para que Birmania (Myanmar) acepte la repatriación de musulmanes rohinyá, perseguidos en el país y víctimas del tráfico de personas.

Según la ONU, unos 4.000 bangladeshíes y rohinyá se encuentran en barcos abandonados por los traficantes en el golfo de Bengala, después de que otros 3.000 lograran desembarcar en Malasia e Indonesia en el inicio de esta crisis regional.

Los manifestantes comenzaron a concentrarse en la antigua capital antes de iniciar una marcha en contra de las presiones de Naciones Unidas para que las autoridades birmanas acepten lo que consideran inmigrantes ilegales bengalíes, según la televisión Channel News Asia.

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También mostraron su rechazo por la forma como organizaciones y la prensa internacional ha tratado la crisis de refugiados en la región, que apunta a Birmania como origen por su persecución a los rohinyá, a los que no reconoce la ciudadanía.

En las protestas participan el movimiento extremista 969 y el grupo de clérigos Comité para la Protección de la Nación y la Religión, impulsores de la nueva ley de control de población que, según activistas, está dirigida contra minorías como los rohinyá.

Monjes radicales se manifestaron en febrero en contra de los planes del gobierno de permitir el voto a los titulares de tarjetas de identificación temporal, la mayoría de ellos rohinyá, lo que llevó al Ejecutivo a revocar las llamadas "carta blanca".

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Cerca de un millón de rohinyá viven en Birmania, la mayoría en el estado Rakhine, en el oeste del país, donde sufren una discriminación que les limita la libertad de movimientos, el derecho a la propiedad de tierras o el número de hijos.

Su situación empeoró en 2012 a raíz de dos brotes de violencia entre esta minoría y la mayoría budista rakhine, en la que murieron al menos 140 personas, la mayoría rohinyá, y llevó a otros 140.000 a campos de desplazados.

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El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) cree que unas 25.000 personas zarparon en barcos desde Bangladesh y Birmania (Myanmar) durante el primer trimestre de 2015, el doble del número registrado en el mismo periodo del año pasado.

El Alto Comisionado para los Derechos Humanos (OACDH), Zeid Raad Al Hussein, dijo la semana pasada que el flujo de inmigrantes en la región seguirá mientras persista la discriminación a la que Birmania somete a la minoría rohinyá. (I)