Confío en la fortaleza del Espíritu Santo.
Espíritu Santo

Confío en la actividad de Dios en mí que hace latir mi corazón, guía mis pensamientos y atrae mi bien. Así como el sol sale y se pone cada día, el Espíritu Santo es una fuerza de vida constante. Esta fuerza anima mi cuerpo, da energía a mi aliento y vigor a mi espíritu.

La sabiduría de mi Creador me ilumina. Su fortaleza me da poder y su amor llena mi corazón.

Al orar y escuchar, soy sustentado espiritualmente. Me mantengo alineado con el Espíritu Santo pasando tiempo cada día en el silencio. Al hacerlo, recibo todo lo que necesito para vivir plenamente y con propósito.

Publicidad

Romanos 5:5 (F)