Fernando Coronel instalaba antenas como contratista de una operadora de televisión pagada hasta hace un año, pero como los ingresos no le alcanzaban para sus gastos y los de su hija de 2 años, dejó el empleo y decidió incursionar en el negocio de la cocina.

No era un experto, pero había aprendido hace dos años a preparar bollos, encebollado, cebiches, sudado de pescado, entre otros platillos típicos. Xavier Ponce, su amigo chef, le enseñó esas recetas criollas.

Aquello no fue fácil, pues debía levantarse a las 03:00 para ver cómo cocinaba su mentor. El manejo de ollas, cuchillos y utensilios era algo a lo que no estaba acostumbrado y que distaba de su anterior oficio.

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Pero ese aprendizaje le resultó útil al momento de montar restaurante Lupita, en Leonidas Plaza y Maldonado, en el centro sur de la ciudad. Junto a su hermano César, quien también estaba desempleado, comenzó a preparar y vender bollos afuera de la casa.

“Comenzamos con una cocineta, la poníamos en la esquina de la casa de mi abuela y teníamos calientitos los bollos”, cuenta Fernando, de 23 años.

Recuerda que al principio vendían 30 bollos, luego la demanda se duplicó. Ya con esa experiencia ampliaron la oferta con guatita, sudado de pescado, encebollado y cebiches, para lo cual arrendaron el local en que actualmente están.

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Las ventas siguieron en alza y con las ganancias los hermanos Coronel compraron cocinas e hicieron adecuaciones.

Hace seis meses incursionaron en la venta de almuerzos y platos a la carta, en la tarde y noche, respectivamente. Fernando ayuda en la cocina y es quien dirige todo. César, de 21 años, lo apoya en las noches.

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Comenta que mantener el negocio es sacrificado. A diario se despierta a las 03:00 para ir de compras al mercado, luego toma las riendas en la cocina, donde permanece la mayor parte del día. Su jornada culmina a las 01:00.

De lunes a viernes vende 250 almuerzos y los fines de semana llega a 300. Un volumen similar es la demanda de los platos a la carta en los que se incluyen caldos de gallina y de pata, secos de pollo y de chivo, camarones apanados, bistec de carne e hígado con moro, arroz con menestra, de $ 2 a $ 3.

Sostiene que el éxito de los almuerzos, que vende a $ 2,50, es la variedad del menú, pues a diario hay al menos cinco alternativas. (I)

2,5 dólares cuesta el almuerzo y varios platos a la carta.

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Detalles
Implementación

Servicio a domicilio
En quince días, el restaurante Lupita implementará servicio a domicilio, Fernando Coronel, dueño del negocio, adquirirá un carro para eso.