La jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, pedirá este lunes al Consejo de Seguridad de la ONU que apruebe una acción militar contra los traficantes de seres humanos para luchar contra la inmigración ilegal en el Mediterráneo.

Mogherini llevará esta tarde al Consejo de Seguridad el mensaje que decidieron los jefes de Estado y de gobierno de la Unión Europea en una cumbre extraordinaria a fines de abril para poner fin a los naufragios de buques repletos de inmigrantes en el Mediterráneo.

"Estoy avergonzada de que Europa sólo se despierte cuando está frente a la muerte", dijo recientemente.

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En la cumbre, los líderes de la UE acordaron que debían actuar y destinaron más fondos a las misiones de búsqueda y rescate en el mar.

También le pidieron a Mogherini una lista con opciones militares, que incluyen la "captura y destrucción de los buques" utilizados por las mafias, bajo la condición de que se lleven a cabo al amparo de la legislación internacional.

Esto requiere normalmente el aval de los gobiernos concernidos, entre ellos Libia. Pero el caos en el que se encuentra el país, con facciones rivales que se disputan el poder, llevó al bloque europeo a pedir una resolución de la ONU para obtener una base legal para cualquier operación militar.

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El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, felicitó a la UE por sus esfuerzos para resolver los problemas de la inmigración pero advirtió que "no hay una solución militar a las tragedias del Mediterráneo".

"Lo que es crucial es tener un enfoque global para actuar en la raíz del problema, la seguridad y los derechos humanos de los migrantes y refugiados, como por ejemplo tener canales para la inmigración legal y regular", dijo Ban el mes pasado al diario La Stampa.

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"La ONU está lista para trabajar junto a nuestros socios europeos para alcanzar ese objetivo", agregó.

El tema de la inmigración es muy sensible en la UE, a quien le cuesta decidirse sobre la mejor manera de responder por la presión en diferentes países de los movimientos euroescépticos y nacionalistas, que capitalizan un electorado inquieto por la inmigración.

El miércoles, el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, debe presentar un nuevo plan de acción sobre la inmigración que ya desaprueban numerosas capitales y algunos miembros de su Comisión. El plan propondrá establecer vías legales para la inmigración económica o imponer cuotas por país para recibir a los refugiados.

Según fuentes diplomáticas, Juncker fijaría una cuota inicial de 20.000 plazas para los que ya tienen el estatuto de refugiados y que se encuentran en terceros países, a pesar de que Gran Bretaña insiste que debería hacerse sólo sobre una base voluntaria.

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"Juncker quiere una cuota para los refugiados pero esto se ve prácticamente como una declaración de guerra" por algunos Estados miembros, dijo un alto responsable europeo.

En términos de respuesta militar, fuentes diplomáticas señalan que la situación actual permitiría a los buques de la UE abordar embarcaciones sin pabellón en aguas internacionales, pero sin intervenir hasta que dejen las aguas territoriales libias.

Los europeos creen que pueden actuar sin un mandato de la ONU para los buques que no llevan bandera. Pero necesitarían el aval de la ONU para ingresar en las aguas territoriales libias.

Rusia, miembro permanente del Consejo de Seguridad, se opone a la destrucción de los buques, pero su embajador ante la UE, Vladimir Chizhov, dejó entender que una operación que se limitaría a abordar y confiscar los buques de las mafias podría recibir el aval de Moscú. (I)