Sobrevivió a los disparos que el pasado domingo 19 de abril le asestaron un grupo de desconocidos, pero Roberto Renato Hurtado Simisterra no resistió, según su madre, Martha Simisterra, por una infección que contrajo en el hospital donde se recuperaba de las heridas.

Hurtado, de 35 años, falleció la tarde del pasado domingo y a las 14:30 de ayer su cuerpo iba a ser sepultado en el cementerio Parque de la Paz de Pascuales.

Más temprano, la progenitora explicó que el ahora occiso permaneció alrededor de quince días asilado en una casa de salud y que, incluso, la mayor parte del tiempo estuvo consciente y hablando. “Me dijeron que le cayó una fuerte infección”, recordó.

Publicidad

Aseguró que su hijo reconoció e identificó a todos los sujetos que lo abordaron cuando compraba en una tienda de la cooperativa Voluntad de Dios, en el norte de Guayaquil, a una cuadra de su vivienda.

Otro allegado indicó que esas personas serían miembros de una banda relacionada con el microtráfico de drogas en la zona, que creían que Roberto Hurtado era parte de un grupo que se estaba formando para arrebatarles el negocio del expendio de alcaloide.

“Pero no es así, mi hijo tenía dos semanas de haber regresado de Esmeraldas, donde estuvo trabajando seis meses en la instalación de postes de alumbrado”, contó la madre.

Publicidad

Y tenía intenciones de volver a Esmeraldas, recordó Martha Simisterra, quien reconoció que su hijo estuvo involucrado en el consumo de droga y que se recuperó luego de permanecer dos años en un centro de rehabilitación para adictos.

Un familiar de la víctima cuestionó que moradores del sector, aparentemente relacionados con la supuesta banda de microtraficantes, se hayan referido de Roberto Hurtado, ante los medios de comunicación, como un delincuente. “A él le decían Ciringo de cariño, no por alias”, aseguró. (I)

Publicidad

4
personas

fueron heridas en el ataque que sufrió Roberto Hurtado, entre ellas una niña de cuatro años y una adulta mayor.