La vida del riobambeño Manuel Guamán Cepeda, de 37 años, transcurre al ritmo de las puntadas de su máquina de coser, la primera de tipo industrial que compró hace tres años con ganancias de su oficio de sastre, un arte heredado de la familia y que desempeña en el mercado de artículos varios, más conocido como el de las Cuatro Manzanas.

Por la cercanía del inicio de clases, las jornadas se aceleran al igual que las puntadas de su máquina. Los clientes llegan al puesto número 1137 para solicitarle la confección de uniformes de hombres y mujeres.

Esta es la mejor época del año, dice Guamán y sostiene que el ajetreo empezó hace quince días, que lleva confeccionados cerca de 150 uniformes y que su expectativa es superar los 200 del año pasado.

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A más de la confección de prendas, en su puesto ofrece otros servicios. A $ 0,75 pega los bolsillos con el logotipo de los planteles educativos en las camisas o blusas; y por $ 2 recorta y angosta las bastas de los pantalones.

El sastre comenta que a pesar de que ahora se encuentran uniformes en cualquier almacén, aún hay muchos padres de familia que se inclinan por mandarlos a confeccionar, ya sea porque les gusta que sus representados luzcan prendas a la medida o porque compran telas de mejor calidad.

Pero en cualquiera de los dos casos, dice Guamán, el acabado de las prendas y el precio económico son cuestiones que enganchan a la clientela.

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La calidad de su trabajo es garantizada, afirma con orgullo y cuenta que se formó en el colegio artesanal de Riobamba, por tres años.

En su ciudad natal empezó a confeccionar ternos (pantalones, levas y camisas). Luego vino a Guayaquil, ya que algunos de sus tíos, también sastres, trabajaban acá y no les faltaban clientes.

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Ya recién llegado, Guamán se ubicó con una máquina doméstica en la acera de Pedro Moncayo y Sucre, donde su tío Luis Yuquilema hacía uniformes, mucho antes de que exista el actual mercado de las Cuatro Manzanas.

“Él me dijo: compra una máquina pequeña; yo la puse y como ya sabía el arte empecé a trabajar”, rememora el artesano, quien se promociona con tarjetas que reparte al interior del mercado donde lleva una década de labores. (I)

Atención
Manuel Guamán atiende en su puesto de lunes a sábado en horario de 08:00 a 17:00. Por la confección de blusas y camisas cobra $ 5, y por un pantalón $ 10.

Uno mismo no se alcanza a veces, viene uno tras otro. Yo trabajo solo, por eso cojo la obra calculando hacerla de un día para otro y así no me atraso”.Manuel Guamán Cepeda Artesano