En El Alto, ciudad andina de rasgos aymaras y de apenas de 30 años de vida, la feligresía católica alista bautizos y bodas comunitarias masivas en preparación a la visita del Papa Francisco en julio, segundo pontífice que visitará Bolivia, se informó este domingo.

"Queremos a los niños bautizados, parejas de concubinos casados por la Iglesia y adolescentes con la primera comunión para mostrar al Papa una iglesia sana, fuerte y activa", dijo a la AP el sacerdote Sebastián Obermaier, párroco de uno de los vecindarios más grandes.

Las veinticuatro parroquias de la ciudad celebrarán desde mayo ceremonias masivas y comunitarias amenizadas con ritmos y danzas andinas.

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A 14 kilómetros de La Paz y emplazada en la meseta altiplánica, El Alto fue reconocida como ciudad en 1985. La mayoría de sus 800.000 habitantes de origen aymara se reconocen católicos y practican una mezcla de ritos andinos y católicos desde sus antepasados. El concubinato es práctica común.

Obermaier, cura de origen alemán, es considerado casi un emblema de la ciudad. Construyó más de 20 templos desde que llegó hace 40 años y hogares para niños abandonados, madres maltratadas y ancianos desamparados.

El sacerdote canta y silba en misa, pasea en burro el Domingo de Ramos y dedica una vez al año una liturgia a las mascotas y otros animales.

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"Es una honor para los alteños que el Papa decidiera subir a estas alturas (casi 4.000 metros sobre el mar) sabiendo que corre riesgo su salud; por eso queremos organizar una gran recepción", dijo.

Itinerario

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Francisco aterrizará el 8 de julio después de visitar Ecuador. Una guardia indígena dará la bienvenida. Después de una bendición, bajará a La Paz en una camioneta descubierta y recorrerá las calles en medio de un cordón humano hasta el palacio presidencial donde se reunirá con Evo Morales y más tarde celebrará una eucaristía para 1.000 invitados en la catedral.

El pontífice estará seis horas en La Paz para evitar los efectos de la altura. En la noche del 8 de julio se trasladará a Santa Cruz en el oriente donde el 9 celebrará una misa multitudinaria y visitará a los más de 4.500 presos de la cárcel más grande y atestada del país, antes de viajar a Paraguay el 10, última parada de su gira por Sudamérica.

Obermaier mandó a colocar gigantes anuncios dando la bienvenida a Francisco aún antes de que se conociera la agenda de la visita. "Para mí sería súper (grandioso) si la visita del Papa ayuda a una reconciliación entre los obispos y el presidente Evo Morales que es católico", dijo.

Desde que llegó el gobierno en 2006, Morales ha tenido desencuentros con los obispos a quienes llama "jerarcas" afines a los partidos de derecha, pero admira a Francisco a quien visitó para invitarlo a Bolivia.

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Los obispos a su vez son críticos del gobierno al que atribuyen tendencias autoritarias y le reprochan por un aumento de la inseguridad ciudadana y el narcotráfico.

Juan Pablo II fue el primer Papa que visitó Bolivia en 1988.