Cuando Alfredo López entró a estudiar Comunicación en la Universidad Casa Grande, hace más de siete años, lo hizo con la convicción de descubrir cosas nuevas, sin embargo, no imaginaba lo que sucedería tras la primera clase sobre la web. “Para mí, eso fue el cambio, cuando tú trabajas por ejemplo para crear un comercial de televisión, tú sabes si a tu cliente le gustó o no, pero no puedes saber de inmediato si al público le gustó, pero con una web, la subes y en cuestión de segundos conoces la reacción y para mí eso cambió totalmente”, explica el guayaquileño de 30 años.

Reside y trabaja en Nueva York, EE.UU., y ahora está en Guayaquil para dictar conferencias en la Casa Grande (17 y 18 de abril) y en la Santa María (24 y 25 de abril).

Alfredo cuenta su historia. A partir de aquella clase en la Casa Grande donde después de graduarse de licenciado en Comunicación Multimedia, convencido y con ansias de aprender más y desempeñarse en la Gran Manzana, viajó a Nueva York en el 2008.

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“Recuerdo que cuando estaba aquí veía cosas que hacía gente de afuera y me preguntaba: ¿qué tienen ellos que no tengo yo?, porque yo sí puedo hacer eso, trataba de convencerme de que yo no podía hacer lo que compañías inmensas hacían, pero no pude encontrar ninguna excusa”, relata.

En menos de una semana después de su graduación se fue, luego de vender todos sus instrumentos musicales y juntando todos los ahorros llegó a $ 6.000. Ahí comenzó con trabajos de free lance, creando banners por los que ganaba desde $ 20 a $ 50 por día.

Al principio llegó a la casa de unos familiares. Tiempo después entró a una pequeña compañía, donde amplió un poco más su espectro de diseño, luego alquiló una pequeña pieza que compartía con otras personas. “Comencé a trabajar con gente que quería hacer páginas, yo no sabía cómo hacerlo, pero eso me obligaba a aprender, si alguien ya me pagaba me sentía muy bien”, comenta sonriente, y añade que la exigencia en ese medio era mayor que en nuestro país, el adelanto tecnológico era notable.

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“Fue ahí donde me di cuenta de que me hacían falta las bases de la programación, sabía cómo hacer muchas cosas intentando varias veces llegaba, pero no entendía el proceso inicial”, cuenta Alfredo.

Decidido, dejó su trabajo y solicitó un préstamo al IECE para realizar una maestría en el Rochester Institute of Technology de EE.UU.

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“Me dediqué de lleno, aunque hacía uno que otro trabajo como free lance”, dice. Después de dos años de estudio, y con su nuevo título de máster en Computer Science, Alfredo sintió que estaba listo para lanzarse a nuevos retos.

Por aquel entonces (2013) un nuevo proyecto se planeaba en la Corporación Hearst Magazines, firma que tiene a cargo aproximadamente dieciocho revistas conocidas en varios países.

“Cuando comencé, el formato que manejaba Hearst era viejísimo, no lo habían cambiado desde 1995, entonces formé parte del grupo que participó en ese cambio”, cuenta.

Añade que decidieron aventurarse y crear un equipo completamente nuevo para crear un sistema de control desde cero, totalmente alineado a las necesidades de la compañía.

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Actualmente ocupa el cargo de Sénior Front End Engineer en esta empresa.

Su experiencia abarca la creación de webs para empresas como Cosmopolitan, Athends, Vestas; juegos, websites, web Apps, plataformas para campañas y productos utilizados por millones de usuarios diariamente, desde el Front-end (HTML5, CSS3, Angularjs, canvas, entre otros) hasta el Back-end (PHP, MYSOQL, etcétera).

En el 2011 obtuvo el premio Grand Prix Cannes, en el Festival de Cannes (Cannes Lions International Festival of Creativity), el más importante del mundo, esto sucedió mientras se desempeñaba como Interactive Designer en la agencia Droga5 de Nueva York y formó parte del equipo que hizo la campaña BING/Jay Z, con la que ganaron 2 Gran Prix, premio máximo en las categorías Outdoor y en Titanium & Integrated.

Hoy en día, Alfredo se siente convencido de que la decisión de viajar a Nueva York fue la correcta, y dice que no volvería a vivir en Guayaquil, pese a que asegura extrañar la comida típica de su tierra natal. Está casado con una norteamericana y empieza a retomar la música, hobby que en algún momento tuvo que abandonar por seguir su sueño. (F)

Dicen de él “Me siento muy orgullosa, es un excelente hijo y profesional, siempre lo extraño, pero gracias a Dios puedo viajar y verlo allá. Me siento feliz por sus logros”.Doris Escobar Madre