Los cubanos prefieren no hacerse falsas expectativas sobre una pronta normalización de las relaciones con EE.UU., aunque quedaron impresionados y felices con el histórico encuentro entre los presidentes Barack Obama y Raúl Castro en la cumbre de Panamá.

“Jamás nos hubiéramos imaginado que ese encuentro fuera posible, y mucho menos que fuera a darse de una forma tan cordial, franca y respetuosa. Creo que los cubanos quedamos muy impresionados”, declaró el músico Jorge Luis Pérez, de 51 años, quien se gana la vida cantando con su guitarra a turistas en La Habana Vieja.

Las imágenes del encuentro que Obama y Castro sostuvieron el sábado en el marco de la VII Cumbre de las Américas de Panamá, el primero entre los presidentes de EE.UU. y de Cuba en más de medio siglo, fueron transmitidas en vivo por la televisión estatal cubana, y aún ayer eran objeto de corrillos en las calles de La Habana.

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Resumiendo el sentir de muchos cubanos, el portal de noticias Cuba Contemporánea destacó ayer que “todo esto era impensable el 16 de diciembre del 2014 y una quimera en diciembre del 2013, cuando aquel saludo breve entre Raúl Castro y Barack Obama en los funerales de (Nelson) Mandela generó reacciones e hipótesis de todo tipo en momentos en que avanzaba ya el hermético proceso de acercamiento que desembocó en el anuncio del 17 de diciembre”. “Se mueve el proceso entre Cuba y EE.UU., aunque quizá no tan rápido como se esperaba tras el 17-D”, añadió.

El portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest, reiteró ayer que Obama tomará una decisión “en los próximos días” sobre la posibilidad de retirar a Cuba de la lista de estados patrocinadores del terrorismo, lo que permitiría levantar una serie de sanciones a la isla.

Cuba reclama su salida de esa lista, en la que aparece cada año desde 1982 y que supone la imposición de sanciones como la prohibición de la venta de armas y de ayuda económica.

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Pero para sacar a Cuba de la lista, Estados Unidos debe llegar a la conclusión de que “durante los últimos seis meses” el país no se ha implicado “en el apoyo, asistencia o complicidad de actos terroristas internacionales”, explicó el secretario de Estado de EE.UU., John Kerry.

Además, es necesario contar con un compromiso de Cuba de que no tiene intención de involucrarse o apoyar el terrorismo. Una vez que Obama anuncie su decisión, debe notificarla al Congreso, que cuenta con 45 días para estudiarla y, en caso de desacuerdo, puede presentar un proyecto de ley para tratar de revocar el dictamen. (I)

Voy a permitir que el presidente (Obama) tenga el espacio que merece para poder tomar esta decisión, basándose en la recomendación que le hemos hecho”.John Kerry, secretario de Estado