Al menos seis personas resultaron heridas debido a la explosión y posterior incendio, extinguido tras 21 horas, de una fábrica de productos químicos al este de China, que provocó que las autoridades decretaran hoy una alerta química en la zona, según la agencia oficial Xinhua.

La explosión ocurrió alrededor de las 19:00 de la tarde del domingo (11:00 GMT) en la planta química de "Dragon Aromatics" en la ciudad de Zhanghzhou (en la provincia oriental de Fujian), que ya habría sufrido un accidente similar hace un año y medio.

El departamento de bomberos de la provincia de Zhangzhou señaló en su microblog que una sustancia química tóxica se había filtrado y que un número indeterminado de personas resultaron heridas por cristales a consecuencia de la explosión, que las autoridades actualmente cifran en seis.

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Anteriormente, los medios locales habían subido la cifra a al menos 14 heridos, dos de ellos de gravedad, mientras que la televisión estatal señaló que eran sólo cinco.

Este mismo medio dijo que varios médicos y 120 agentes medioambientales se desplegaron en la zona de la explosión equipados con equipos de protección.

El paraxileno

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La planta, que también sufrió una explosión en julio de 2013 (aunque no hubo víctimas ni fugas químicas), es propiedad del grupo petroquímico taiwanés Xianglu, un importante productor de paraxileno.

El paraxileno -un producto químico utilizado en la fabricación de ropa de poliéster y botellas de plástico- es peligroso si se inhala o se absorbe por la piel, y puede dañar los órganos abdominales y el sistema nervioso.

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En un principio, la fábrica iba a ser construida en la ciudad costera de Xiamen, también situada en la misma provincia, pero la compañía decidió cambiar la localización tras una multitudinaria protesta en 2007.

Los residentes cercanos a la planta han sido traslados a 18 kilómetros del lugar de la explosión, según señalaron varios testigos a medios locales.

La planta era propiedad del magnate fugitivo taiwanés Chen Yu-hao, quien fue acusado en 2003 por presunta malversación de 2.260 millones de dólares y huyó a China continental para establecer la fábrica, según informó la Agencia Central de Noticias de Taiwán.

Las plantas químicas en China son motivo frecuente de queja por parte de la población, que denuncia, a veces mediante multitudinarias protestas que han paralizado proyectos, la emisión de gases tóxicos y la falta de seguridad en las mismas. (I)

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