La imagen de los mandatarios de EE.UU., Barack Obama, y de Cuba, Raúl Castro, juntos es la fotografía más esperada de la VII Cumbre de las Américas el viernes y sábado de esta semana, a punto de cumplirse cuatro meses del 17 de diciembre, día en que Washington y la isla pusieron fin a más de medio siglo de enemistad con el anuncio del restablecimiento de sus relaciones diplomáticas.

Cuba no ha participado nunca en estas cumbres que reúnen desde 1994 a los mandatarios de los países que integran la Organización de Estados Americanos (OEA), organismo que suspendió a la isla en 1962 y que revocó esa decisión en el 2009, pero el país caribeño se había abstenido de acudir.

Pero a pocos días de comenzar la cita, los diplomáticos aún discuten qué tipo de reunión celebrarán ambos mandatarios, ya que no hay una agenda de reunión bilateral programada. Las opciones van de una simple sonrisa para la cámara a un diálogo que podría ser histórico.

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“Los líderes estarán juntos en muchas ocasiones” en la cumbre, dijo la subsecretaria de Estado estadounidense, Roberta Jacobson. “Así que habrá interacción con Raúl Castro”.

En diciembre del 2013, en medio de la corriente de cordialidad en torno al fallecimiento de Nelson Mandela, ambos líderes se estrecharon las manos en el funeral. Pero, esta vez, los funcionarios estadounidenses suponen que ocurrirá algo más sustantivo.

Cuba irá en Panamá representada al más alto nivel, en un proceso “de reconciliación” con EE.UU. y para expresar sus posiciones “con sinceridad y respeto por todos los jefes de Estado y de Gobierno sin excepción”, según dijo Raúl Castro en diciembre cuando anunció su asistencia a la cita.

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El presidente panameño, Juan Carlos Varela, ha señalado que las cumbres son espacios para “celebrar tanto los logros como para poder definir las diferencias y poder arreglar esas distancias que separan a los mandatarios”, en referencia a la nueva era entre Cuba y EE.UU. y el clima de tensión entre Venezuela y Washington.

Pero la crisis suscitada por la decisión de Obama de declarar a Venezuela como una amenaza para EE.UU. enrarece el ambiente de la cumbre y pone a Cuba, aliado de Venezuela, en una situación delicada, aunque expertos creen que el episodio no afecta en lo sustancial el diálogo entre Washington y La Habana. “Paradójicamente, podría ser que Cuba de alguna manera ejerza una influencia positiva. Cuba no va a ceder en el tema de Venezuela ni va a hacer concesiones, pero sí puede contribuir a que todo se discuta en un plano menos crispado (...). No estaría bien que Cuba vaya a su primera cumbre (de las Américas) y termine mal”, opina el analista y exdiplomático cubano Carlos Alzugaray. (I)

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Delegación
Foros paralelos

Sociedad civil
Más de cien representantes de la sociedad civil cubana –jóvenes, intelectuales, campesinos, empresarios y académicos– estarán en los foros y actividades paralelas a la VII Cumbre de las Américas, en Panamá.