Grandes rocas y montículos de tierras obstruyen parcialmente varios tramos de la vía Cumandá-Chillanes. Los deslizamientos ocurrieron hace dos semanas luego de las fuertes lluvias que cayeron en el país, pero hasta el momento no se han realizado trabajos de limpieza.

Washington Bonilla, conductor de un bus de la cooperativa de Transportes Atenas, que cubre la ruta Santa Rosa de Agua Clara (Chimborazo)-Quito, manifiestó que hay temor, sobre todo cuando se presentan lluvias. “Hay sitios en los que parece que no va a poder pasar el bus”, refirió.

A los costados de esta vía se han colocado cintas amarillas que advierten peligro en los sitios donde hay mayores afectaciones.

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Desde las montañas, pequeñas corrientes de agua bajan hasta la carretera generando humedad en la tierra y riesgos de nuevos deslizamientos.

Bonilla indica que es necesario que se haga la limpieza de la vía para evitar peligros a quienes transitan por esta ruta.

Sostuvo que debido al estado de esta, la duración del viaje hasta la capital se incrementó una media hora, porque hay sectores en los que se debe transitar a menor velocidad de la normal. (I)