20 estudiantes de diferentes carreras como Biología, Turismo o Ingeniera ambiental, de las universidades de Guayaquil, Católica de Guayaquil y Espol, se preparan para ser intérpretes ambientales del bosque protector Cerro Blanco, en un curso organizado por la fundación Pro Bosque.

El taller se inició el pasado 23 de marzo y seguirá hasta el 10 de abril. “Buscamos estudiantes de carreras afines y comprometidos con acciones ambientales y conservación, para integrarse al equipo que guía a quienes nos visitan, señala Tania Ríos, de Pro Bosque. “Solo lo lograrán quienes obtengan al menos 85 sobre 100”, explica.

Además, aclara que “no se les ofrece una oportunidad laboral estable sino integrarse al equipo conservacionista” y que quienes aprueben no recibirán un sueldo sino que sus servicios serán pagados por los turistas que visiten el bosque. “Es como una pasantía que les permite ganar experiencia”, define.

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Cerro Blanco tiene dos temporadas: una alta de mayo a diciembre, con clima seco, y una baja, de enero a abril, con lluvias, mosquitos, lodo y que coincide con vacaciones de escuelas y colegios, cuyos estudiantes son los principales visitantes de este laboratorio natural.

Las entradas a la reserva cuestan $ 3 por niño y $ 4 por adulto. Luego los turistas escogen de entre tres senderos: Buenavista, de 1 km por la falda de la montaña por bosque primario y bosque en recuperación, es decir reforestado. Dura entre hora y hora y media aproximadamente. El guía cobra 12 dólares por grupo de diez personas.

Sendero Higuerón: 3 km con pendientes dentro de la montaña, y mayor posibilidad de ver cerdos saínos, monos, guatusas, y aves más grandes como colembas, relojeros y carpinteros, dura hasta tres horas. Valor $ 16. Árboles como el ceibo, el higuerón, pijío.

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Finalmente, el sendero Mono aullador, a través del cual el turista llega a un mirador en la cima del cerro y se adentra en el corazón del bosque primario, donde están los árboles más antiguos, nunca talados. Su costo es de 16 dólares.

También está el campamento, área en el que hasta 40 personas pueden armar carpas y que cuenta con baños, duchas, parrillas, fogones, mesas y butacas; glorieta, juegos recreativos para niños y parqueo. Se duerme en el parque y un guía les hace una caminata en la noche por $ 25 cada diez personas.

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Finalmente, los visitantes de Cerro Blanco, particularmente extranjeros, pueden optar por la observación de algunas de las 221 especies registradas de aves, muchas globalmente amenazadas, a un valor de 50 dólares. Dura hasta 4 horas y el guía debe dominar el inglés.

Cualquier información se puede obtener llamando al 098-622-5077.

“Tiene que haber gente preparada para recibir a los visitantes. Para hacer esto debe gustarte. El estar en un entorno como este es de sacrificio. La satisfacción más grande ni siquiera es cuánto ganas sino que al final del trayecto a uno le digan: ‘no esperaba ver esto’, ‘es lo mas hermoso que he visto’, ‘me siento complacido’ y ‘voy a regresar’, frases que a uno le llenan y es indescriptible esa sensación de que la personas a la que has servido en estos lugares tengan ese sentimiento”, reseña Ricardo Carrera, guía naturalista de la reserva Manglares Churute y profesor en Cerro Blanco. (I)

Cerro Blanco es una buena escuela como guía y para profundizar el estudio de aves”.Paúl Abad Biólogo