Generar menos basura, mejorar el sistema de reciclaje, evitar daños ambientales y crear una cultura ecológica en la comunidad son los objetivos principales del nuevo plan de manejo de residuos del cantón Samborondón, propuesto por el Municipio.

El proyecto consiste en construir un relleno sanitario que sirva como depósito de los residuos orgánicos, separados de aquellos reciclables, y que a través de un sistema de descomposición controlado se genere la reducción de desechos sin contaminar el ambiente.

Édgar Muñoz, director de Gestión Ambiental, explica que la intervención de la comunidad es indispensable para el buen desarrollo de este sistema. “Se involucrará de manera activa a urbanizaciones, recintos, centros comerciales, hospitales, mercados, lugares de recreación y colegios, fomentando una conciencia ambiental a través de la colocación de dos tachos de basura, verde y gris, para residuos reciclables y ordinarios, respectivamente, en cada uno de estos sitios”, explica.

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Al final, todos los desechos serán trasladados a un relleno sanitario que estará en un terreno de 11 hectáreas ubicado en la avenida Samborondón-Salitre, a la altura del km 6.

La inversión aproximada, solo del relleno sanitario, es de unos $ 2’700.000. El monto incluye la adquisición de recolectores modernos que se encargarán del traslado de los desechos. “Es importante que las personas comprendan que debe haber una correcta separación de desechos en la fuente originaria de basura, porque solo así el sistema va a funcionar”, enfatiza Muñoz, quien indica que a diario se transportan alrededor de 15 toneladas de desechos sólidos, 35 toneladas de desechos orgánicos y 30 toneladas de poda al día, lo que suma 80 toneladas de basura diaria solo en el sector de La Puntilla.

En Ciudad Samborondón aún no se han obtenido los datos exactos, sin embargo, se estima que se genera mayor cantidad de desechos orgánicos y menos poda.

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El proyecto está en licitación. La construcción del relleno comenzará a fines de mayo o inicios de junio y se estima que estará listo en cinco meses.

Proceso técnico
Durante varios años el cantón ha mantenido un plan de manejo de residuos peligroso para el medioambiente. “Tener un botadero a cielo abierto era una bomba de tiempo, este sistema contamina el ambiente y atrae ratas, gallinazos, moscas, entre otros animales”, afirma Muñoz. Este botadero cerrará a finales de este año, lapso en el que ya estaría funcionando el relleno sanitario.

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El funcionamiento del relleno encapsula la basura para que esta tenga un proceso natural de descomposición, no nocivo para la naturaleza. El proceso parte de la distribución de los desechos en la fuente: en un lado irán los orgánicos o basura común y en el otro, todo el material reciclable como botellas, cartón, vidrio...

La construcción para la impermeabilización inicial del relleno estará compuesto por diferentes capas: en la primera estarán dispuestos los desechos sólidos ordinarios, cubiertos por arcilla y composición de poda; luego se colocarán piedras de diferente tamaño para generar un sistema de filtros; posterior a esto se pondrá una capa de tierra seleccionada para protección, compuesta por una fina capa de geomembrana y una capa más gruesa de geotextil; y por último estará el terreno natural como superficie de la zona. Según Muñoz, este esquema garantiza la no contaminación de agua. Toda la basura común será depositada en celdas que, posteriormente, se cubrirán con la arcilla. Así empieza el proceso natural de descomposición de los desechos, que generará la liberación de gases y líquidos.

Para evitar la contaminación se construirán chimeneas para canalizar el gas metano generado por la descomposición de los residuos sólidos. Los residuos líquidos, llamados lixiviados, son conducidos hasta una piscina de tratamiento para evitar que contamine el suelo y las fuentes de agua. Estos lixiviados serán tratados para que puedan ser reutilizados en el mismo relleno.

Todo lo reciclado será enviado a un grupo de reciclaje de Ciudad Samborondón. Según datos proporcionados por el Municipio, existen aproximadamente 35 familias en la zona rural del cantón que viven de esta actividad.

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Trabajo en equipo
La Universidad Ecotec participará de manera activa en este proyecto, ya que se encargará de la capacitación a docentes y estudiantes de centros educativos del sector, para comenzar a generar una conciencia ambiental y una cultura de reciclaje.

Además será la encargada de crear modelos para la distribución de desechos de diferentes tipos, “ya que cada lugar tiene una forma distinta de reciclar, porque todo se ajusta a los recursos que están a su alcance y a las condiciones del sitio”, explica Rafael Sorhegui, director de Investigación de la Ecotec.

Primero se comenzará con la capacitación a los estudiantes de los colegios tanto particulares como fiscales. Sorhegui explica que en el periodo de enero a junio se capacitará a un colegio por semana, siendo el Centro Educativo Naciones Unidas el primero. Luego se hará una capacitación integrada con los docentes, para que ellos se encarguen de continuar con el sistema. “No solo va a ser una capacitación teórica, sino también práctica, acorde con la edad de cada grupo de alumnos, para que se pueden ver los resultados de una forma real”, comenta Sorhegui.

“La idea es que más adelante sean los mismos estudiantes de colegios quienes intervengan de forma activa en esta campaña de concientización y que se logre una ayuda integrada que beneficie a la comunidad”, manifiesta el alcalde José Yúnez.

Toda la parte de la investigación, generación de modelos, difusión y capacitación será realizada por los estudiantes de la Ecotec en un plazo aproximado de cinco meses. Ellos deben cumplir 60 horas de trabajo vinculado a la comunidad como requisito para graduarse. “Lo que se busca es generar preocupación y deseos de participación por parte de los futuros profesionales, es decir, que esto no va a quedar solo como investigación y propuesta, sino como análisis de resultados que permitan medir el impacto de un cambio de esta naturaleza”, enfatiza Sorhegui.

Para las urbanizaciones existe un sistema diferente. Se utilizará una carreta por residencia, que mida medio metro de ancho por un metro de largo, y que tenga divisiones internas para plásticos y metales, orgánicos, vidrio y papel y cartón, “para que los moradores reciclen ya desde el interior de sus casas”, explica Egbert Spaans, presidente de la Asociación Propietaria de la Lotización Campestre El Cortijo, así como especialista en reciclaje y proyectos ambientales. Estos tachos serán retirables y lavables, de estructura metálica, y tendrán un costo aproximado de $ 450.

Todos los desechos previamente clasificados serán transportados directamente al relleno sanitario en camionetas que tengan esta misma división de compartimientos, las cuales serán contratadas para tres fletes por semana. El costo de los vehículos no se ha definido si será cubierto por el Municipio únicamente o si se necesitará el aporte de los mismos residentes.

“Esto es un proyecto piloto que se implementará con un grupo pequeño de residentes para ver si funciona y así crear un efecto multiplicador en las demás urbanizaciones, con sus respectivas particularidades”, concluye Spaans. (I)

Involucrar a toda la comunidad es la clave para que este proyecto sea un éxito, por eso cada sector debe cumplir con su parte para obtener resultados”.José Yúnez Alcalde de Samborondón