Este Viernes Santo se llevará a cabo la 56ª edición de la multitudinaria procesión de Cristo del Consuelo, y en el barrio de donde partirá la caminata hay dos personajes cuyo trabajo contribuye a la realización de la muestra de fe católica.

Uno es el escultor Julio César Jimbo, quien ayudó en la elaboración de la imagen del Cristo del Consuelo; el otro es Rómulo Muentes, quien construyó la carroza en la que se transporta la imagen religiosa.

Muentes traslada hoy la carroza metálica, que donó hace unos 35 años, a la parroquia eclesiástica Cristo del Consuelo, ubicada en Lizardo García y la A. Allí empezará la procesión del Viernes Santo, que llegará a la parroquia Espíritu Santo, en Azuay y Leonidas Plaza, en un recorrido de 17 calles.

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Muentes dio mantenimiento a la estructura en su taller, ubicado en Tungurahua y Francisco Segura. Con orgullo, el hombre oriundo de Manta (Manabí) cuenta que la construyó con su padre y que nunca, según él, ha sufrido daños.

Recuerda que elaborarla les tomó dos semanas. Partícipe de la creación también fue el padre Gerardo Villegas, precursor de la procesión, con quien se reunieron para plasmar la idea del remolque.

“Esa, para mí, es una obra faraónica (...). En ese tiempo, mi padre (Bolívar Muentes Alvarado) me ayudó a plasmar la idea. Si no hubiese sido por él tampoco habríamos hecho realidad esa obra”, explica Muentes, creyente de 70 años, quien cada semana acude a la iglesia Cristo del Consuelo.

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A fines de la década del setenta, la familia Muentes decidió donar la carroza para facilitar el traslado de la imagen. Antes, relata, la efigie la llevaban en hombros y al pasar los años aumentaba la asistencia de feligreses.

“Era demasiado abrumadora llevar la imagen en hombros, (la procesión) era multitudinaria y ya no se podía llevarla porque ocasionaba cúmulo. Cada persona quería tocar el Cristo del Consuelo”, señala Rómulo, quien en su local construye remolques y vende repuestos.

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Afirma que cada año da mantenimiento a la carroza, tarea que consiste en lubricarla y pintarla de blanco.

Con su obra y su presencia en la peregrinación, él siente que acompaña al Cristo del Consuelo. “Voy a estar donde está el pueblo”, dice el devoto.

Afirma que desde hace varios años participa en la peregrinación para agradecer y pedir por la salud y prosperidad de su familia. (I)

(La carroza) se siente como una obra realizada, algo que te llena el corazón y la mente. Sientes una satisfacción de haber dejado el remolque. Yo me siento bien”.Rómulo Muentes, donador de carroza que lleva imagen