La Fiscalía alemana guarda este domingo silencio sobre las investigaciones para esclarecer las circunstancias de la tragedia aérea en los Alpes franceses, mientras trascienden informaciones no confirmadas sobre el copiloto, así como detalles de los últimos momentos en la cabina del avión siniestrado.

El avión de Germanwings se estrelló el martes pasado en los Alpes franceses con 150 personas a bordo, tras despegar del aeropuerto de Barcelona (noreste de España) con destino a Düsseldorf (Alemania) y las grabaciones de las cajas negras del aparato indican que el copiloto, Andreas Lubitz, presuntamente provocó de forma voluntaria el siniestro.

Según el diario 'Bild' en su edición dominical el copiloto estaba siendo tratado por un posible desprendimiento de retina, del que se desconoce, agrega el diario, si tiene origen orgánico o psicosomático.

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En todo caso, con este problema probablemente no pasaría el próximo control médico de junio y su empleador le habría prohibido volar en la cabina, afirma el diario.

La Fiscalía de Düsseldorf informó el viernes del hallazgo durante el registro de la vivienda de Lubitz y de la de sus padres de "bajas médicas, actuales e incluso vigente para el día de los hechos, hechas pedazos", lo cual permite concluir que el copiloto ocultó la enfermedad a Germanwings, filial de Lufthansa.

El 'Bild' agrega hoy que los agentes encontraron además en su vivienda de Düsseldorf recetas de psicofármacos para tratar trastornos bipolares, así como gran cantidad de somníferos.

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Pareja de copiloto, embarazada

La misma publicación informa, además, que la pareja del copiloto, profesora de inglés y matemáticas, estaba supuestamente embarazada y que así se lo comunicó hace unas semanas a sus alumnos.

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Según el semanario "Der Spiegel", la pareja, que al parecer se conoció cuando Lubitz tenía 18 años y poco después comenzó a salir, tenía previsto incluso casarse.

También el "Bild" reproduce hoy parte de la conversación entre el capitán del avión, Patrick Sondenheimer, y Lubitz, minutos antes de que el copiloto presuntamente estrellara el avión de forma deliberada, y que quedó registrada en una de las cajas negras encontradas.

"¡Por el amor de Dios, abre la puerta!", gritó el capitán, y nuevamente algo más tarde "¡Abre la maldita puerta!", lo que permite concluir, según el diario, que el copiloto cerró por dentro la cabina el piloto fue al baño.

La grabación registró también la primera señal de alarma automática por pérdida de altura, poco después de que los controladores aéreos franceses trataran sin éxito de contactar con el aparato, así como una segunda minutos después.

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Asimismo se oye un fuerte golpe, como si alguien intentara derribar de una patada la puerta de la cabina, y algo más tarde "ruidos metálicos fuertes" contra esa misma puerta.

Todavía a unos 4.000 metros de altura, se oye la respiración del copiloto, que no dice nada.

A las 10:40 hora local, el aparato tocó con el ala derecha la montaña y de nuevo se oyen los gritos de los pasajeros, los últimos sonidos que registra la caja negra.

La grabación registró también la conversación previa entre piloto y copiloto, en el que Sondenheimer le explicaba que no había tenido tiempo de ir al baño, a lo que Lubitz le ofreció asumir el mando del aparato en cualquier momento.

El titular de Transporte alemán, Alexander Dobrindt, señaló hoy al "Bild" su intención de abordar con aerolíneas y autoridades de inspección las posibles medidas a tomar una vez se conozcan las circunstancias de la catástrofe aérea.

"En la aviación los estándares de seguridad son elevados, pero necesitan una y otra vez un perfeccionamiento", señaló.

Según Dobrindt, "es correcto que las líneas aéreas apliquen ahora la regla de dos personas en la cabina de pilotos".

Pero sólo una perspectiva general de las circunstancias de la tragedia permitirá aclarar qué otras medidas adicionales son necesarias, agregó. (I)