Una planta de bambú de unos veinte centímetros de largo, una rosa roja, ramas de manzanilla y romero, son unidas por Laura Maza en menos de dos minutos para formar un ramillete que venderá este Domingo de Ramos, que marca el inicio de la Semana Santa.

Como un toque final coloca un sticker de la santa Narcisa de Jesús en una hojita del bambú. Maza elabora esa alternativa ante la prohibición de usar palma de acera.

Ella labora en un taller de arreglos florales en la ciudadela Naval Norte, pero durante los fines de semana de este mes se dedica a elaborar los ramos que adquieren los católicos para bendecirlos en las misas.

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“En un balde lleno de rosas, comencé a ir a las iglesias los domingos de ramos y cada Viernes Santo a la procesión del Cristo del Consuelo”, recuerda Maza, quien hace más de una década asiste cada Domingo de Ramos a la iglesia de San Agustín.

Mañana, como de costumbre, espera expender unos 200 ramilletes a $ 1.

Como ella, otros artesanos también elaboran ramos con otras especies sin restricción. En la puerta 1 del Cementerio General, Gonzalo Vicuña, quien vende arreglos florales durante el año, para esta semana, está abastecido de hierbas de granizo, astromelias, flores y rosas para elaborar ramos de moño y tendido.

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Ambos arreglos los comercia por $ 1. Aunque en el caso del tendido solo lo realiza bajo pedido. “Es que se gasta más monte”, refiere Vicuña. Él se abastece con productos que llegan de Ambato.

Cerca del lugar, en el Mercado de las Flores, ubicado al inicio de la calle Machala, varios locales han variado su oferta.

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Luis Mejía, en el local 43, elabora apresuradamente ramos con hoja de pantano dando forma de cruz o lazo. Esto lo combina con romero, manzanilla y palma de Washington.

Mientras elabora un arreglo en forma de cruz, Mejía cuenta que hasta mañana tiene al menos 1.000 requerimientos. “Enviamos a la Península de Santa Elena, a iglesias de Ceibos y del sur”, asegura Mejía, nacido en Guachapala, provincia del Azuay. Y aunque se cree que las costumbres van cambiando con el paso de los años, dice, que la venta de ramilletes aún representa un mercado interesante.

“La gente llega el mismo domingo (de Ramos) a querer llevar todo”, cuenta.

Los comerciantes tienen sus propias estrategias para expender estos ramos. En algunos casos, descuentan hasta un 50% en caso de ventas mayores a 100 unidades. (I)

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