Las fuerzas militares y equipos especializados iniciaron ayer las labores de rescate de cientos de personas aisladas en desérticos pueblos del norte de Chile, azotados por inusuales lluvias que dejaron al menos siete muertos entre desbordes de ríos y aluviones.

Por las intensas precipitaciones, las peores en ocho décadas en el norte del país y que equivalen a las lluvias que caen en dos años en algunas zonas, hay 22 desaparecidos y unas 1.500 personas albergadas.

La presidenta chilena, Michelle Bachelet, decretó estado de excepción y se trasladó el miércoles a la región de Atacama, una de las más golpeadas por las lluvias y decenas de aluviones que prácticamente arrasaron con pueblos o dividieron pequeñas ciudades.

Publicidad

Las fuerzas militares utilizan 16 helicópteros y aviones para ir en ayuda de las cientos de personas aisladas.

“Este es el mayor desastre pluviométrico que hemos tenido en los últimos 80 años y es una situación muy compleja”, admitió el subsecretario del Interior, Mahmud Aleuy.(I)