Con preocupación y temor, los residentes de la urbanización Bonaire, ubicada en el km 5,8 de la avenida Samborondón, observan cómo el suelo del área social, construida sobre el río Babahoyo, se parte y se hunde cada vez más, creando inestabilidad en el piso, con grietas que pasan los 10 centímetros.

La constructora Furoiani Obras y Proyectos S.A. (FOP) entregó la urbanización en el 2005, así como el área social y la planta de tratamiento de agua al Municipio y Amagua, respectivamente.

Carlos Viteri, presidente de la urbanización Bonaire, explica que una de las cláusulas del contrato que certificó dicha entrega, establece que la constructora otorga una garantía de 10 años y se responsabiliza en reparar algún daño que pudiera tener el lugar, así como ‘vicios ocultos’ en la construcción. “Es por esto que hemos pedido asistencia ante el problema que tenemos”, dice.

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El primer resquebrajamiento del piso del club apareció entre el 2006 y 2007. Carlos asegura que en esa ocasión, ante la preocupación y queja de los moradores, la constructora Furoiani solucionó el daño en el 2009, colocando una capa de cemento en la superficie para que las grietas no sean visibles.

Los daños se han hecho más visibles con el pasar del tiempo. Ahora un tercio de suelo del área del club está inclinada, esto se visualiza en los faroles de luz que se ven torcidos; la baranda que tiene barrotes de metal está rota en más de tres partes a lo largo del muro; además de una grieta que recorre toda el área social, hasta el borde de las escaleras que conducen a la piscina; la abertura inicia con 0,5 cm y termina con un espacio mayor a 10 cm. Además el suelo en el que se encuentra la planta de tratamiento de agua se ha convertido en una capa ligera de cemento, todo el borde, con el cercado de metal que la protege, ha cedido por la fuerza del río y se ve notablemente hundido, gran parte del suelo de esta área ya está cubierto por agua.

“Nuestra mayor preocupación es evitar que se dañe la planta de tratamiento porque si todas las aguas servidas de las 42 familias que residen en esta urbanización, se depositan en el río, el daño ambiental va a ser tremendo”, enfatiza Carlos.

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En el 2008, la administración de la urbanización pidió apoyo al Municipio, que emitió un escrito de respaldo en el que pide a la constructora atender a la cláusula de vicios ocultos que pudo haber cometido en el transcurso de la ejecución de la obra, y la hace responsable de cualquier daño que pudiera tener la urbanización hasta cumplir con los 10 años de garantía, que se vencen en agosto de este año. Tal petición fue reiterada por el alcalde José Yúnez en el 2010.

Además de forma particular, la urbanización pidió al Colegio de Ingenieros Civiles del Guayas, un informe técnico del problema. El estudio, que se realizó en marzo del 2008, determinó que la urbanización se construyó sobre un relleno granular que sobreyace a una capa de suelos blandos, característicos de la zona. El relleno está sujeto a la fluctuación de los niveles de marea, lo que posiblemente produce una falla de talud, por lo que desastres naturales como sismos o temblores, podrían agravar la situación.

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Ante esto los ingenieros recomendaron restringir la circulación peatonal unos 2 metros atrás de la baranda, así como también colocar señalización de seguridad, tal medida ya se aplicó; así como un estudio de suelos que explique de mejor manera el problema.

Tal estudio fue realizado el año pasado por una empresa privada, contratada por la urbanización. Carlos explica que el estudio determina que el tipo de suelo del relleno es limoso arcilloso, hasta 10 metros de profundidad, “con una base así en qué momento se hace resistente si solo es arcilla”, cuestiona.

El pasado lunes 16 se realizó la primera audiencia de conciliación en la Defensoría del Pueblo. La empresa FOP presentó un escrito compartiendo su postura ante esta situación, indicando que niega que los daños expuestos por los moradores de la urbanización sean producto de un mal relleno o de un mal trabajo por parte de la constructora, sino que se debe a imprevistos que se han dado con el pasar del tiempo, por tal motivo no es responsabilidad de la empresa.

Carlos indica que representantes de la Defensoría del Pueblo realizarán una inspección en los próximos de 8 días, para seguir con el proceso. El pasado lunes 23 parte del área social se inundó como resultado de la marea crecida y las lluvias; así como del aumento de inclinación del área sumergida. (I)

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No dudo que la constructora haya hecho las cosas de buena fe, sin embargo, ante este daño no se ha hecho presente”.Carlos Viteri Presidente de Bonaire