El líder de Boko Haram, Abubakar Shekau, empleó un tono dramático para difundir su mensaje en la red: el grupo islamista nigeriano quiere unirse a los “hermanos” del Estado Islámico (EI) y luchar junto con ellos contra los “enemigos del islam”, dijo como si de un anuncio histórico se tratara.

En varias ocasiones se le quebró la voz al pronunciar su mensaje de audio de ocho minutos de duración, en el que juró obediencia absoluta al EI, “también en tiempos difíciles”.

Los combatientes de Nigeria, en el oeste de África, son el último grupo islamista que se ha unido a la milicia del Estado Islámico que ha proclamado el califato en parte de Siria y de Irak. En los últimos meses, seguidores en Pakistán, Afganistán y varios países del norte de África también han jurado fidelidad al autoproclamado califa Abu Bakr al Bagdadi.

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Una agrupación argelina que antes pertenecía a Al Qaeda se hace ahora llamar “soldados del califato” e incluso filiales en la península del Sinaí en Egipto y también de Libia han proclamado sus propias “provincias del EI”. El EI organizó su ascenso a partir de un Irak debilitado por la invasión estadounidense y la posterior guerra civil.

Sin embargo, fue en Siria, también inmersa en una guerra civil, donde logró su auge. En los dos países los yihadistas se beneficiaron de la debilidad del Estado, algo que intentan hacer también ahora sus seguidores de Nigeria, Libia y Egipto.

La milicia sunita parece fuerte, según analizan los expertos, en los lugares donde puede demostrar que es más dura y brutal que los grupos islamistas presentes hasta el momento. El EI necesita la competencia de Al Qaeda, afirma el experto en Libia Andrew Engel.

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También Boko Haram se ha hecho famoso por su dureza y brutalidad: más de 13.000 personas han muerto desde el 2009 en la ola de terror del grupo en el norte de Nigeria.

Pero desde hace semanas Boko Haram sufre continuos golpes, después de que tropas de la coalición militar integrada por Chad, Camerún, Níger y Benin se implicaran en la lucha. Por eso el hecho de que la milicia se dirija ahora al EI no es casual y apenas sorprende: una alianza con la quizá organización islamista más temida del mundo en estos momentos podría dar nuevas alas a Boko Haram.

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Algo que también supone una fuerte advertencia para los ejércitos de la región. (I)