Entre ambos suman 206 años de vida. Emilio Correa, oriundo de Daule, cumplió 106 años el pasado viernes, mientras que el guayaquileño Luis Rosero llegó a la centuria, el sábado.

En la casa familiar, ubicada en el km 23,5 de la vía a Daule, los Correa armaron el sábado una fiesta con temática vaquera y presentaciones artísticas que congregó a 300 personas, entre hijos, ocho de los doce que procreó, nietos (102), bisnietos (48) y tataranietos (24).

Al patio de la vivienda iban llegando uno a uno sus familiares. Abuelos, mujeres, jóvenes, niños. La familia era extensa y los abrazos sellaban los reencuentros de quienes no se veían a menudo. Agricultor, dueño de una fábrica de ladrillos y actualmente jubilado, las mujeres predominan en la familia de don Emilio. Adela Correa, una de sus hijas, es quien vive con él. La celebración la planearon juntos. Vinieron todos los familiares que invitó y recordó.

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“Él es un hombre que siempre se ha preocupado por su familia. Siempre nos ha dado un buen ejemplo y siempre ha sido un caballero”, dijo Adela, de 53 años. Llegar a esta edad, aseguró Rita, otra de sus hijas, le debe a su alimentación, en la que se han incluido la guanta, el patillo y el caldo de bagre.

Mientras unos filmaban, otros fotografiaban y los más jóvenes se alistaban para los actuaciones artísticas.

“Él siempre nos contaba muchas historias, cuando íbamos a su casa de pequeñas nos daba leche de la vaca recién ordeñada con bolón y ciruela”, recuerda su nieta Martha Loy, de 54 años. El agasajo, decía su nieta Rosa Gilces, servía para reunir a todas las generaciones y conocer a los nuevos integrantes.

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En cambio, los descendientes de Rosero se reunieron en el hotel Courtyard by Marriott, en el norte de Guayaquil. Su esposa, Norma Silva, sus cuatros hijas, siete nietos y familiares, entre primos y tías, lo acompañaron.

En la entrada de uno de los salones del hotel, un sofá y dos mesas con más de una decena de retratos con fotografías recordaban la vida de Silva.

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Luigi Marchelle, nieto de don Lucho, como le dice su descendiente, presentó un video sobre la vida de su querido abuelo.

“Resumir 100 años es un poquito complicado”, bromeaba Luigi, quien debió unirse con otros familiares para juntar la mayor cantidad de fotos.

Los primeros años de Silva junto con su esposa, el nacimiento de cada una de sus cuatro hijas, la llegada de sus nietos y todas sus conquistas, logros y alegrías se proyectaron en una pantalla por cerca de quince minutos.

Las emociones y suspiros nostálgicos hicieron que sus hijas María Mercedes, de 54 años, Cecilia (52), Elizabeth (58) y Alexandra (57) se conmovieran con las fotos y la canción My Way (A mi manera), de Frank Sinatra.

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Entre los familiares estaba Armin Schönberger, el sobrino más querido, según contaba.

Armin, de 78 años, regresó el viernes pasado, después de 30 años, de Berlín (Alemania) para participar de tan importante homenaje. “Desde que yo nací, él fue la persona que me cuidaba en todo. Era el tío que velaba por mi salud y por todo”, recordaba Armin, mientras señalaba un retrato en el que posaban juntos. (I)

Apuntes
Centenario

Luis Rosero
En la celebración de su centenario se instaló un espacio donde se podían contemplar las fechas de su matrimonio, de su graduación como contador público, del aniversario matrimonial número 50 y varias fotografías.