Animales silvestres son distribuidos a diferentes provincias del país desde el pasado 11 de febrero, debido al anunciado cierre del Centro de Manejo de Vida Silvestre Guayabillas ubicado al suroriente de la ciudad de Ibarra, en Imbabura.

Este lugar de 1,5 ha de extensión y que abrió sus puertas en el 2003 como un refugio provisional de animales rescatados, estaba cuidado y administrado por las fundaciones Cacmu – Fepcoff.

Según Óscar Chauca, administrador del sitio, el cierre previsto para el próximo 28 de febrero se atribuye a la falta de recursos económicos para mantener a los 120 animales de 28 especies que acogía.

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Dijo que requerían unos 3.000 dólares mensuales para comprar alimentos y medicinas para los animales y pagar el sueldo de los cuidadores. Este monto, agregó, reunían difícilmente, pese a que recibían donaciones desde el extranjero, comida por parte de comisariatos locales y agua que les proveía el Cuerpo de Bomberos.

El lugar fue creciendo, explicó, a medida que la Policía del Ambiente, así como ciudadanos comunes les llevaban animales que eran incautados. Algunos sobrevivieron a dos incendios registrados en la loma de Guayabillas en agosto y septiembre del 2014.

Marcelo Pantoja, responsable de Vida Silvestre del Ministerio del Ambiente de Imbabura, comentó que 40 animales, entre ellos tortugas y reptiles, fueron llevados a un centro de Cuenca, otros 78 serán enviados en los próximos días probablemente a zoológicos de El Oro y Napo.

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Ayer, fue el turno de Sabú y Shanga, una pareja de leones que fueron adoptados por Orillas del Zamora, zoológico municipal de Loja. El macho, de 18 años, llegó al Centro de Rescate Guayabillas a los 7, mientras que la hembra, de 10, fue rescatada cuando tenía 2 meses de edad. Ambos pertenecen a la especie Panthera leo y su hábitat natural es África.

En el zoológico aún se observan especies como: tigrillos, monos, loros, guacamayos, ardillas, pericos verdes, loro cabeza azul, loros frentirrojas, loros barbamarilla, pericos, gavilanes, dos tortugas decomisadas durante el último feriado y una guanta que aún no tienen definido su nuevo hábitat. (I)