Los líderes de Ucrania, Rusia, Alemania y Francia mantenían en Minsk unas tensas negociaciones para alcanzar un plan de paz para Ucrania, donde la violencia dejó ayer uno de los balances más sangrientos en los diez meses de conflicto.

Aunque se han logrado “avances”, las conversaciones, que duran ya más de diez horas (hasta el cierre de esta edición), son “muy difíciles”, indicó una fuente diplomática ucraniana y otra, también cercana a una de las delegaciones, agregó: “Todo el mundo está bostezando, pero siguen hablando”.

Las conversaciones, en las que participan la canciller alemana Angela Merkel y los presidentes de Francia, François Hollande; Ucrania, Petro Poroshenko; y Rusia, Vladimir Putin, son “activas”, aseguró el ministro de Exteriores ruso, Serguei Lavrov. En una sala de imponentes columnas de mármol, ellos discuten el documento elaborado durante varios días de negociaciones diplomáticas.

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El semblante serio del presidente ucraniano y la actitud reservada de Putin en los pasillos del inmenso palacio presidencial de Bielorrusia no dejan lugar a dudas de la dificultad de las negociaciones.

Como ejemplo, la animada discusión de pie entre los presidentes ruso y ucraniano, que una periodista de la AFP pudo presenciar a través de una puerta entreabierta. Poroshenko llegó incluso a abandonar la sala, si bien regresó. Horas antes, él dijo que, de fracasar las conversaciones y de producirse nuevos brotes de violencia en Donbás, no descartaría declarar la ley marcial.

Al inicio del encuentro, Putin y su homólogo ucraniano, ya con semblante serio, se dieron brevemente la mano rodeados de Merkel y Hollande.

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En las próximas horas, los dirigentes y sus consejeros deben intentar ponerse de acuerdo sobre un plan de paz, en un contexto de recrudecimiento de la violencia en el este del país, donde han muerto unas cincuenta personas en las últimas 24 horas.

Aunque no se ha desvelado, el documento presentado en las negociaciones tiene como objetivo solucionar los temas más espinosos: definir la línea del frente, determinar el “estatuto de los territorios” controlados por los separatistas o solucionar la cuestión de la frontera rusoucraniana en los territorios bajo control prorruso. Se esperaba, entre otros temas, acordar una tregua sin condiciones y el retiro de armas pesadas de la zona de guerra.

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Las conversaciones se vieron, sin embargo, ensombrecidas por nuevos hechos violentos en el este de Ucrania. Durante el tiroteo a un hospital en el bastión de los separatistas Donetsk, murió al menos una persona, dijeron medios locales, y otros ocho civiles resultaron heridos. La clínica se encontraba en llamas, se indicó. (I)