Con la enfermedad de la pudrición del cogollo acechando las plantaciones de palma aceitera, Tomás Cedeño decidió que era el momento de diversificar su producción y buscar un cultivo que brinde una mejor oportunidad de crecimiento.

Bajo esa premisa adquirió un lote en Santo Domingo de los Tsáchilas, donde había un sembrío de achiote. Tumbó la plantación y se metió en la aventura de cultivar cacao fino de aroma, la variedad más apreciada en el mercado chocolatero.

De esa manera, en el 2007, Cedeño se convirtió en un nuevo productor cacaotero. Su incursión no fue fácil, pues se encontró con el desafío de producir cacao en una tierra que, por sus condiciones, eran poco propicias para ese cultivo, por la humedad y la altura.

Publicidad

Cedeño supo lidiar con ese obstáculo y logró que su huerta, que inició con plantas certificadas del Iniap, supere los promedios productivos de la zona: 30 quintales por hectárea. Sus colegas cosechan de 13 a 15.

El cuidado exhaustivo de nutrientes, la poda adecuada de los árboles, tener un centro de poscosecha, secado y propagación de plantas, dice, le han permitido alcanzar esos niveles.

A pesar de los pocos años como cacaotero, semanas atrás, Cedeño vio compensado ese esfuerzo, al convertirse en el primer productor de cacao fino en recibir autorización para usar la denominación de origen, que certifica que ese producto es originario de Ecuador y fue cultivado bajo una característica geográfica determinada.

Publicidad

El aval fue entregado por el Instituto Ecuatoriano de Propiedad Intelectual (IEPI) luego de verificar el cumplimiento de requisitos como el uso de prácticas orgánicas y que la producción esté ubicada dentro de las zonas establecidas en una resolución y que comprende una altitud desde el nivel del mar hasta los 1.200 metros.

Andrés Ycaza, director del IEPI, indica que esta certificación otorga un valor agregado en materia de propiedad intelectual y una ventaja competitiva al productor frente a los demás productos, pues “lo hace único en el mundo” porque permite que el cacao fino de aroma se asocie a Ecuador, así como el tequila a México; el pisco a Perú o el champagne a Francia.

Publicidad

Así, Cedeño podrá usar los sellos de la denominación de origen en los sacos de cacao o los empaques de los chocolates que está comenzado a comercializar bajo su marca Garyth.

La expectativa de Cedeño es que con la certificación, su cacao tenga una mejor cotización. Lo máximo que ha recibido han sido $ 3.300 por tonelada, pero cree que por la calidad de su pepa puede aspirar a $ 4.500.

También pretende exportar su producción, pues la vende solo en Ecuador. A través de ProEcuador, ente que promueve las exportaciones, está intentando captar clientes foráneos para colocar parte de las 40 toneladas que produce al año.

Ycaza afirma que están en trámite otros procesos para autorizar el uso de la denominación de origen para el cacao fino y el sombrero de paja toquilla. En el primer caso hay 27 solicitudes en marcha, mientras que en el segundo están 70 listas para inspección. Ya se han entregado 3 autorizaciones a Kleyder Pachay, Rómulo Mero y Gabriel Lucas. (I)

Publicidad

Inspección
Para obtener la autorización para usar la denominación de origen, el Instituto Ecuatoriano de Propiedad Intelectual (IEPI) hace una inspección de la plantación.

Costo
Hasta el 31 de diciembre de este año, la tasa de solicitudes e inspecciones de las autorizaciones de uso de la denominación de origen no tiene costo.