Eddy Sancán y Fabricio Bustamante llaman a la clientela parados a un costado de la av. Isidro Ayora, en el noroeste de Guayaquil. El primero agita una franela; el segundo, a ratos, esparce agua con una manguera. En la vía solo están ellos, todos sus implementos se ubican en el interior de un local en el que lavan vehículos desde el 18 de este mes.
Samara Saltos, su compañera de oficio, cuenta que el dueño de la lavadora alquiló el local por las rondas que hacen funcionarios municipales. “Pasan y toman fotos, no se bajan ni dicen nada”, comenta la joven.
Desde el lunes 5, el Municipio inició operativos para sancionar con una multa del 50% del salario básico ($ 177) a los que ocupen la vía pública para vender, lavar o arreglar desperfectos mecánicos de los autos. La sanción se aplica también a los que requieren los servicios.
Publicidad
Ante ello, en la Isidro Ayora hay lavadores que han optado por arrendar terrenos desocupados o locales. El domingo 25, cerca de las 10:30, en esta avenida se observaban siete espacios donde la gente lava automotores. Pero también hay grupos que persisten en la calle.
Saltos señala que alquilar el establecimiento les ha representado subir $ 0,50 al precio del servicio. Ella refiere que el dueño de la lavadora paga $ 400 mensuales por el área en la que entran ocho vehículos, pero que aún no ocupan en su totalidad, pues no se ha terminado de acondicionar.
“Vamos a ver recién si resulta la lavada o no. Si no, no sé qué vamos a hacer”, menciona y agrega que cobran entre $ 3,50 y $ 5 dependiendo del carro.
Publicidad
No obstante, asegura, los clientes regatean. Además, los usuarios se han reducido por temor a las multas que impone el Municipio.
Aquello ha mermado las ganancias de los lavadores, pues ahora cada trabajador obtiene en promedio $ 8 diarios, cuando antes ganaban $ 12.
Publicidad
En el sur, en cambio, los lavadores de carro dejaron de trabajar en la calle. Los que se mantienen laboran con el miedo de ser fotografiados, como ocurre en la calle 11 entre Colón y Huancavilca.
En otros sectores como la ciudadela Chemisse, los negocios de lavadores de vehículos siguen en la calle.(I)