Actualizado a las 17:30

El partido antiausteridad Syriza es el vencedor de las elecciones legislativas celebradas este domingo en Grecia aunque habrá que esperar al recuento total de los votos para saber si ha logrado la mayoría absoluta.

"Grecia ha hecho historia", dijo el líder de Syriza, Alexis Tsipras, ante una multitud que abarrotaba la plaza de la Universidad de Atenas.

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"El pueblo griego ha dejado atrás la desastrosa austeridad", aseguró antes de agregar que Grecia trabajará con los acreedores para alcanzar una "nueva solución viable" para Grecia y Europa por su abultada deuda que supone el 175% del Producto Interno Bruto.

Por su parte, el primer ministro saliente, el conservador Andonis Samarás, reconoció la derrota y felicitó a Tsipras por esta victoria en una conversación telefónica.

"El pueblo griego ha hablado y respetamos su decisión", dijo Samarás.

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En busca de la mayoría absoluta

La formación izquierdista Syriza se alzó con una clara victoria en las elecciones generales celebradas al obtener el 36,1 % de los votos, con el 75 % de los sufragios escrutado.

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De acuerdo a estos datos, Syriza obtendría 149 escaños, y se encuentra por tanto a tres diputados de lograr la mayoría absoluta.

Los conservadores de Nueva Democracia, el partido del primer ministro Andonis Samarás, obtuvieron un 28,1 % de los votos, lo que supone 77 escaños, mientras que el tercer lugar lo ocupan los neonazis de Amanecer Dorado, con un 6,3 % de los sufragios y 17 escaños.

Le siguen los centristas del nuevo partido To Potami (El Río), con un 5,9 % de los votos y 16 escaños.

A continuación se sitúan los comunistas del KKE, con el 5,4 % y 15 escaños y el hasta ahora cogubernamental Pasok (socialdemócratas), del viceprimer ministro Evángelos Venizelos, con un 4,7 % de los votos, que se traduce en 13 escaños.

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En la cola de partidos está la formación Griegos Independientes, derecha nacionalista, con un 4,7 % y 13 escaños.

Fuera del Parlamento se queda el partido del exlíder de Pasok y antiguo primer ministro Yorgos Papandreu que no alcanza el 3 % necesario.

Socios europeos, preocupados

Los socios europeos del país, preocupados por la intención de Syriza de renegociar la deuda y desafiar los programas de austeridad impuestos por Bruselas, siguieron de muy cerca estos comicios legislativos.

El presidente del banco central alemán, Jens Weidmann, exhortó a Syriza a que "no haga promesas ilusorias" a sus ciudadanos.

"Mis esperanzas no son determinantes, pero espero que el nuevo gobierno griego no haga promesas ilusorias que el país no puede permitirse", dijo Weidmann a la cadena de televisión pública ARD.

Este lunes se reúnen los ministros de Economía de la Eurozona en Bruselas para abordar el programa de ayuda financiera, del que se beneficia Atenas, y servirá para enviar los primeros signos de una eventual voluntad de diálogo.

Visión de la izquierda radical

En Europa, las otras formaciones de izquierda radical, como Podemos en España, esperan beneficiarse de la victoria de la izquierda radical en Grecia.

Pablo Iglesias, el líder de Podemos dijo este domingo en la ciudad española de Valencia (este) que ahora "¡Comienza la esperanza, termina el miedo! Syriza, Podemos, venceremos".

Los griegos han castigado al gobierno de Samarás, quien tuvo que aplicar las reformas impuestas por los acreedores de Grecia, -la UE y Fondo Monetario Internacional (FMI)-, a cambio de 240.000 millones de euros prestados al país desde 2010.

Pero la crisis y las reformas pasaron factura con un empobrecimiento de la población, en particular de la clase media y un desempleo del 25%. En los últimos cinco años, el PIB griego ha perdido un cuarto de su valor.

Pese al miedo que trató de infundir Samarás, asegurando que una victoria de Syriza transformaría a Grecia en Venezuela o en Corea del Norte, la población no se ha dejado amilanar.

En un colegio electoral del Pireo, Vaia Katsarou, una abogada de 49 años, resumía el sentimiento general: "Es un riesgo, pero los pobres no tienen nada que perder". (I)