Mercedes Yupanqui, moradora del bloque 10 A de Bastión Popular, noroeste de la ciudad, cuenta que se llevó un susto a fines del mes pasado. Su esposo, José Cepeda, se enfermó y entre los primeros síntomas tuvo vómito, diarrea y un intenso dolor a la altura del abdomen.

Ella atribuye que la sintomatología de Cepeda fue provocada por los malos olores que emanan de un charco de aguas negruzcas que hay al pie de su casa, en la esquina de la manzana 1136 del bloque 10 A.

El agua putrefacta baja desde el cerro y recorre algunas cuadras del sector. Yupanqui y otros vecinos dicen que cuando llueve la situación empeora, pues las calles se inundan.

Publicidad

Médicos señalan que la estación invernal es propicia para el repunte de enfermedades respiratorias y gastrointestinales.

Dos semanas antes de que el esposo de Yupanqui se enfermara, su hija decayó con síntomas de gripe: congestión nasal, fiebre y dolor de cabeza.

Jens Petersen, médico que tiene un consultorio en la zona, refiere que en charcos y aguas estancadas en zanjas las bacterias y parásitos que causan enfermedades gastrointestinales se reproducen fácilmente.

Publicidad

El galeno menciona que entre diciembre y lo que va de enero en su centro médico los pacientes con males del estómago aumentaron en el 30 %. Mientras, los casos de enfermedades respiratorias subieron el 50 %.

“En cualquiera de los dos casos lo aconsejable es que la gente no se automedique”, dice.

Publicidad

Betty Montalván, gastroenteróloga del hospital de niños Roberto Gilbert, en La Atarazana, refiere que en esa casa de salud el número de pacientes con males digestivos subió entre el 50 % y 60 %, pese a que en la ciudad aún no hay lluvias fuertes.

La especialista comenta que los menores de 5 años conforman el grupo más propenso a las infecciones estomacales.

Recomienda que los padres de los niños de un año los lleven al médico una vez al mes. Después del primer año de edad, los menores deben acudir al doctor cada dos o tres meses.

“Esto sin que el niño esté enfermo, es parte de la prevención, el control de niños sanos”, agrega Montalván.

Publicidad

Pedro Naranjo, médico de un consultorio en la 36 y Nicolás Augusto González, suroeste de la urbe, recalca que una de las principales causas de las enfermedades digestivas es el consumo de alimentos que no han sido bien lavados o debidamente cocidos. “Cuando usted se come un guineo, la cáscara hace que el grado de contaminación sea mínimo. No así una frutilla, un durazno, que no tienen esa protección”, manifiesta el galeno.

Indica que en su centro médico los casos de males gastrointestinales aumentaron en el 20% y los problemas respiratorios, el 40 %.

Expresa que tanto vegetales como otros alimentos que se exhiben de forma poco higiénica en mercadillos informales deben ser sometidos a un proceso de desinfección para que las patologías que se presenten sean menos severas. (I)

Plan invernal
De canales de aguas lluvias de sectores como Bastión Popular, Mucho Lote, Perimetral y en la vía a Daule, maquinaria pesada extrae la basura acumulada. La limpieza es parte del plan invernal de Interagua.