El Tribunal Constitucional (TC) del Perú rechazó este miércoles una acción que pretendía la libertad para el ex presidente Alberto Fujimori por supuesta falta de pruebas en el proceso que lo condenó a 25 años de cárcel por 25 asesinatos y dos secuestros perpetrados en su gobierno (1990-2000).

El TC no halló fundamentos válidos en la acción presentada por Gregorio Parco, un desconocido que dijo actuar a título personal, aunque la prensa no descarta que se tratara de un enviado del abogado de Fujimori, William Paco Castillo.

El Tribunal, cuyos fallos son inapelables, también rechazó otra parte del alegato de Parco, en la que se pedía la liberación del expresidente, preso desde 2007, porque supuestamente la edad y la salud no le permiten estar preso.

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Los expertos ya habían descartado que la acción presentada por Parco prosperara, pues no aportaba ningún elemento nuevo respecto al proceso que dirigió en su momento el juez César San Martín.

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Fujimori, de 76 años, deberá enfrentar el jueves en cambio una nueva posible sentencia, por la compra de la línea editorial de diarios ultrasensacionalistas para apoyar a su gobierno y atacar duramente a la oposición.

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La Fiscalía y los abogados de la parte civil creen plenamente confirmado que Fujimori fue quien ordenó el financiamiento de los llamados diarios "chicha" o "basura" a través de fondos sacados irregulamente del presupuesto de las Fuerzas Armadas, por lo que estiman que el reo será condenado a ocho años de cárcel.

Esa sentencia empero no cambiará en la práctica la situación del ex mandatario, pues en el Perú las penas no son acumulables y se paga solo la mayor. De hecho el ex gobernante está pagando además varias condenas por corrupción.

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Fujimori fue castigado como autor mediato de la masacre de 15 trabajadores en una fiesta y de la de un profesor y nueve alumnos que fueron detenidos en la universidad estatal La Cantuta y luego aparecieron muertos, acciones que según se ha documentado plenamente fueron cometidas por un grupo de militares conocidos como "Colina".

El expresidente, que sufre de hipertensión y de depresión está preso en un cuartel de la Policía en Lima. Varios intentos para sacarlo de prisión no han prosperado.