Decenas de indígenas montaron este lunes una vigilia en un inmueble que es sede de la mayor organización aborigen de Ecuador desde 1991 y que el gobierno pidió para albergar a drogadictos.

"No vamos a salir de esa casa, esa casa es nuestra", dijo Jorge Herrera, presidente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie).

Entretanto, Carlos Pérez Guartambel, titular de Ecuarunari (de los nativos de la sierra andina), manifestó: "dormiremos en la casa nuestra (...), si quieren desalojarnos, tendrán que sacarnos sin nuestras vidas".

Publicidad

La posibilidad de un desalojo se postergó debido a que el Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES), que puso fin a un convenio de comodato, aceptó examinar un recurso de los nativos para que la medida sea revertida. "Vamos a tratar el recurso. Eso significa que tenemos por delante dos meses", manifestó la ministra Betty Tola.

QUITO.- Danza de los indígenas en la sede de la Conaie (Carlos Granja, EL UNIVERSO)

Herrera ratificó por su parte la negativa de la Conaie, que reúne a diversas organizaciones, a devolver el edificio en el norte de Quito una vez que el gobierno diera por terminado el comodato el 11 de diciembre, y anotó que varias comunidades de nativos se encuentran en "estado de emergencia".

Publicidad

El plazo para la devolución vencía este martes, por lo que decenas de indígenas se movilizaron hacia la capital para resguardar la sede.

Previamente, marcharon de manera pacífica hasta el ministerio para protestar por su resolución ante la "necesidad imprevista y urgente" de contar con casas de acogida para drogadictos que han superado la etapa de crisis por desintoxicación.

Publicidad

En diciembre, la Conaie expresó su resistencia a la entrega del edificio y lo declaró "patrimonio" de los indígenas.

El presidente de la República, Rafael Correa, expresó a su vez que no le tiene "miedo a las bravuconadas" de líderes aborígenes y que los términos del comodato fueron incumplidos por la Conaie, que ha protagonizado rebeliones y participado en protestas que derivaron en el derrocamiento de tres expresidentes entre 2000 y 2005.