El día de la inauguración de la obra que irrigará zonas peninsulares que padecen falta de agua, el trasvase Chongón-San Vicente, un grupo de comuneros esperaba la llegada del líquido al estero La Camarona, lo que no se dio.

Lo que ellos vieron ese día, el pasado 27 de noviembre, fue la rotura del codo de una tubería que impulsa el agua hacia el estero La Camarona y que desde este inicia un recorrido de 46 kilómetros por cauces de ríos hasta el embalse San Vicente.

Por el ducto averiado debe pasar agua cruda desde la estación Leoncito hacia el tanque rompe presión, ubicado en la parte alta del cerro La Frutilla, para que luego el agua avance, por gravedad, hacia el estero La Camarona.

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Francisco Lino, presidente del Gobierno Parroquial de Simón Bolívar, Santa Elena, donde se inicia el proyecto, relata que las tuberías reventaron cuando el mandatario ya se había ido, “cuando prendieron la bomba para que el agua subiera el cerro y de ahí baje por gravedad, y eso que prendieron una sola bomba. Un informe técnico debe ser el que dictamine qué es lo que pasa” dice.

“Esperábamos que la obra sea una realidad y ojalá se corrijan estos daños para que los comuneros seamos beneficiados”, agrega Lino.

Al respecto, Walter Solís, secretario de Senagua, ayer durante el enlace sabatino que emitió el vicepresidente Jorge Glas en Yaguachi, indicó que hay dos roturas en codos del trasvase, que ya se están reparando y su arreglo estaría listo a finales de año. Estas roturas se deberían a desniveles en el terreno, lo cual no representa ni el 1 % de todo el recorrido. Son daños que se produjeron por hundimientos, son restricciones naturales, dijo.

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César Palacios, gobernador de Santa Elena, señala que a la compañía a cargo de la obra, Hidalgo & Hidalgo, se le dio un plazo para que dé soluciones al daño y que este venció el pasado 20 de diciembre.

Ese día, según Francisco Lino, presidente del Gobierno Parroquial de Simón Bolívar, Palacios, Ángel Clemente, teniente político, y otros funcionarios estuvieron en el sitio para una nueva prueba de la tubería, pero nuevamente, en la misma área, se rompió.

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Mientras, Sergio Reyes, comunero y agricultor de Las Balsas, poblado de la parroquia Chongón, expresa que el embalse San Vicente se halla con un bajo nivel de agua. “ Está casi seco y los comuneros no podemos sembrar”, lamenta.

Solís indica que el lapso previsto para que el embalse se llene es de 240 días, lo que anunció en el enlace sabatino 400 y durante la inauguración del trasvase. Agrega que la constructora responsable de la obra, Hidalgo & Hidalgo, deberá dar mantenimiento por seis meses a partir de la entrega de la obra, en noviembre pasado.

En este embalse, creado en 1995, hasta hace diez meses había un alto nivel de agua acumulada por las lluvias del invierno del 2012. Sin embargo, según comuneros, técnicos les informaron que debido a una fisura en el embalse se decidió abrir un dique para retirar el agua represada y evitar algún posible colapso.

Mario Llaguno, dueño de ganado y cultivos de cacao plátano y maracuyá en la comuna San Vicente, dice que hasta el mes pasado el agua represada en San Vicente era suficiente y ahora el nivel es casi nulo.

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Espera que con la habilitación del trasvase el agua nuevamente se acumule en el embalse. “La gente sembró y se gastaron el agua (...) en tres meses mis vacas se mueren”, dice.

Reyes señala que la única opción para irrigar sus cultivos es con los pozos de agua que han cavado y cuando se logra hallar agua se la succiona con bombas y redes de regadío.

Reyes es beneficiario del proyecto Pidaasse (Proyecto Integral de Desarrollo Agrícola, Ambiental y Social de Forma Sostenible del Ecuador) que busca habilitar tierras para uso agrícola en áreas comunales de la Península, con sistemas modernos, se anota en la web de este plan estatal.

El proyecto Pidaasse se ejecuta con un monto de $ 15 millones y el trasvase tuvo un costó de $ 35 millones. (I)