Del valle montañoso del río Swat, en Pakistán, donde nació y vivía, al salón principal de la sede administrativa de la capital noruega, un edificio cuya construcción data de 1931 y donde cada año se realiza la entrega del Premio Nobel de la Paz, en el que fue coprotagonista. Dos escenarios que han marcado a la pakistaní Malala Yousafzai, de 17 años.

En el primero, el 9 de octubre del 2012, Malala iba en un autobús de regreso a casa de la escuela cuando casi pierde la vida por alzar la voz a favor de la educación de las niñas. Un joven talibán se subió y le disparó a quemarropa en la cabeza.

El ataque respondió a que la joven había ganado notoriedad en su país luego de que en el 2009 y con 11 años de edad, decidió enfrentarse al totalitarismo de los talibanes, un movimiento radical islámico que busca dominar áreas de Pakistán y Afganistán, en Asia.

Publicidad

En ese entonces, Malala abrió un blog bajo el seudónimo Gul Makai, en el que contaba lo que era para ella educarse bajo los talibanes, quienes ordenaron el cierre de escuelas para niñas.

Malala decidió no acatar y con el apoyo de su padre empezó a escribir en urdu (lengua pakistaní) lo que acontecía. Su aparición en entrevistas por televisión y documentales entre el 2009 y el 2010 la había revelado como la autora de ese blog.

Tras el ataque, la joven radica en Birmingham (Inglaterra), donde ahora estudia. Malala fue invitada a dar un discurso el 12 de julio del 2013 en la sede de la ONU para que contara su historia al mundo. “El sabio dijo: ‘La pluma es más poderosa que la espada’. Era verdad. Los extremistas tienen miedo de libros y bolígrafos... El poder de la voz de las mujeres les da miedo”, expresó en ese entonces.

Publicidad

Enfrentar el totalitarismo en pro de los derechos, en este caso el de las niños, el de las niñas que no acceden a la educación, ha marcado su activismo. En julio pasado participó en una campaña para la liberación de las niñas secuestradas en Nigeria por un grupo islámico extremista.

El 10 de diciembre pasado se convirtió en la persona más joven en recibir el Premio Nobel de la Paz. En la entrega anunció que en dos décadas quisiera ser elegida primer ministra de su país para seguir con su lucha.

Publicidad

Y esta semana se conmocionó ante la noticia de un nuevo atentado del movimiento talibán que el martes pasado dejó 148 muertos, la mayoría niños, en el interior de una escuela a la que asistían hijos principalmente de militares de Pakistán. (I)

Veintisiete millones de niños no acceden a la educación primaria en el mundo, según la Organización de Naciones Unidas.