Cortes eléctricos, supresión de trayectos en tren y en autobús: Ucrania multiplica las medidas para asfixiar Crimea, la península incorporada a Rusia desde marzo pero muy dependiente de Kiev, cuando se mantienen negociaciones sobre el futuro del este separatista prorruso.

Los habitantes de Crimea calificaron de "viernes negro" el 26 de diciembre, día en que volvieron a cortarles la luz y Kiev suspendió todas las comunicaciones ferroviarias y en autobús con la península.

La mayoría de los 2,3 millones de habitantes de esta península del Mar Negro solo podrá alcanzar Ucrania en coche y Rusia a través de un ferry, ya que Rusia detuvo sus trenes hacia Crimea por culpa de una demanda insuficiente.

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Las aerolíneas rusas que mantienen vuelos regulares hacia la capital de Crimea, Simferopol, se ven afectadas por sanciones decretadas por la Unión Europea.