La Fiscalía no retirará el mural Grito de la memoria, que exhibe en su fachada, tal como lo solicitaron las hijas del fallecido exmandatario León Febres-Cordero, en cuyo régimen se habrían registrado violaciones a los derechos humanos, como desapariciones forzadas y torturas, según el informe de la Comisión de la Verdad de mediados del 2010.

En un comunicado, la institución aclara que la pintura del artista Pavel Égüez recoge la norma constitucional que ordena al Estado garantizar el goce efectivo de los DD.HH.

Según el fiscal general, Galo Chiriboga, que suscribe el boletín, el Estado ecuatoriano se convirtió en un ‘violador’ de los derechos ya que por décadas ignoró su obligación de reparar de manera integral a las víctimas de esos crímenes.

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Por tanto, sostuvo Chiriboga, “el mural no es un fin, sino un medio” con el que se visibiliza lo que muchos mantuvieron en secreto. “El camino de búsqueda de verdad, justicia y reparación que ha emprendido el Estado y del cual se ha apersonado la Fiscalía es un proceso complejo”, que se nutre de múltiples fuentes, dijo la autoridad.

Chiriboga reconoció el derecho de las hijas del fallecido exjefe de Estado a defender la memoria de su padre.

Y sostuvo que en el mural no se lo trata como un dictador, contrariamente a lo que afirmaron sus hijas, debido a que se colocó su imagen frente a la de regímenes totalitarios y sin tomar en cuenta que fue electo por el voto popular. (I)