Un árbol de eucalipto de más de 12 metros cayó sobre las casas de dos hermanas: la de Tránsito, de 38 años, y la de Teresa Guamán. La de esta última quedó completamente destruida. Ambas mujeres y seis menores de edad debieron abandonarlas la noche del pasado domingo.

El desbordamiento del río Quintul causó que ese árbol cayera y que el agua ingresara a esas viviendas, donde muchos enseres se perdieron.

“Gracias a Diosito mis hijos pudieron salir con algunas cositas, porque el río creció en un ratito y pudo pasarles algo”, dijo Tránsito, quien también perdió los cultivos de su huerto aledaño a la casa, que los vende para lograr ingresos familiares.

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Según ella, cada tres semanas el huerto producía lechugas, zanahorias, cebollas, maíz, habas y fréjol y ahora perdió luego de la inundación que causó este angosto río, afluente del Machángara y que aumentó su caudal a 50 m³ por segundo la tarde y noche del domingo.

“La lluvia empezó a las cuatro, pero el río se empezó a salir en la noche y no pudimos prevenir que el agua llegue a nuestras casas”, dijo Rosa Carpio, quien perdió más de 50 cuyes.

El sitio Tres Esquinas, en el centro parroquial de Chiquintad, este de la ciudad, fue el más afectado por la torrencial lluvia. Según Luis Álvarez, de la Unidad de Gestión Ambiental de la Empresa Municipal Etapa, el caudal del río Machángara, que cruza por esta parroquia, creció 10 m³ por segundo.

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Ayer, trabajadores municipales retiraban árboles caídos y derribaron otros cuyas raíces el caudal las socavó. “Hay muchas casas construidas sin respetar la ordenanza que determina una distancia de 30 metros con relación a las orillas”, dijo Jorge Idrovo, de la unidad de Gestión de Riesgos del Cabildo. (I)

Escenarios
Inundaciones

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Represamientos
Árboles de eucalipto en las orillas del río Quintul fueron removidos por la creciente, cayeron y provocaron represamientos, lo cual creó inundaciones.

Escuela inundada
Otros daños por las lluvias se dieron en la parroquia Llacao. La escuela se inundó al desbordarse una quebrada.